martes, 6 de noviembre de 2018

NO BOTA EL MURO
















Estados Unidos parece haber regresado a noviembre de 2016. Las elecciones legislativas de este martes se han convertido en una suerte de presidenciales en las que Donald Trump vuelve a ser el candidato omnipresente y volcánico que agita la identidad y la inmigración. Si los republicanos pierden el control del Senado o la Cámara de Representantes, su agenda política quedará lastrada lo que queda de mandato. Al otro lado, una carrera de candidatos demócratas de perfiles dispares, marcada por una inédita ola de mujeres, busca el contragolpe al trumpismo. Fracasar ante uno de los presidentes más impopulares y divisivos de la historia supondría una debacle. Este 6-N también es su plebiscito. Mientras tanto caravanas centroamericanas se dirigen a los Estados Unidos  con un llamado mediático desde sus tierras y con la tolerancia del gobierno mexicano para cruzar sus fronteras, como  si se tratará  de un apoyo para Trump, utilizando la manipulación masiva, para que los votantes estadounidenses al apreciar la envestida  de ilegales, le concedan la razón al presidente de los Estados Unidos y a su partido, sobre sus posturas migratorias.