El Parlamento cubano refrendó, con su "democracia
genuina y autóctona", el nombre del nuevo presidente del Consejo de
Estado, primer mandatario del país en la práctica. Al igual que sucedió en México en las
elecciones presidenciales de José López Portillo; Miguel Díaz Canel apareció en
la lista única pero no obtuvo el 100% de
los votos, ya que consiguió el 99,83% de los votos de la Asamblea, 603 de los
604 diputados presentes, datos ratificados de pie en estruendosa ovación. En
cambio, su vicepresidente primero, el veterano sindicalista Salvador Mesa, tuvo
pleno de 604, al igual que el comandante Ramiro Valdés y los otros tres
vicepresidentes que componen la élite del Consejo Estado, con la excepción de
Beatriz Urrutia.La segunda jornada en el Parlamento cubano comenzó con un solo
nombre en la mente de todos: Miguel Díaz-Canel, el elegido por Raúl para heredar
la Presidencia que durante 59 años perteneció a uno de los dos hermanos Castro.
En la primera jornada, celebrada ayer, sorprendió la emoción que embargó en su
rostro, como si quisiera huir de esa imagen robotizada que durante cinco años
los medios cubanos se han encargado de promocionar. Grotesco es lo que pasa con
la democracia en diferentes países del continente, atropellada por
votaciones de disimulo o fraude
electoral.