martes, 3 de abril de 2018

ALEJANDRA BARRALES DESESPERADA










Desde que Alejandra Barrales se introdujo a la política con el pretexto de defender a su sindicato de aeromozas  y formar parte de la izquierda, incluso en un momento defensora del proyecto obradorista y anti priísta; el reto actual, de obtener la Jefatura de Gobierno de la CDMX, es su más alta meta. La candidata se encuentra presionada ante la última oportunidad de ocupar este cargo después de ser secretaria local en la capital del País.  Barrales apostó todas sus canicas a favor de Miguel Angel Mancera y del cascarón del PRD, sabedora que Manuel lópez Obrador tenía como proyecto capitalino, postular a Claudia Sheinbaum, que es menos llamativa que Alejandra y menos roba cámara, pero más preparada para el puesto capitalino. Defendiendo lo indefendible y entregando el cascaron perredista con todo y "chuchos" al PAN de Anaya, (que también expulsó a quien tuvo que expulsar para abrirse paso),  Barrales cometió su más grave error, que fue, mostrar su verdadera cara., que es la cara de la ambición que no había mostrado. Ahora vende un proyecto de izquierda que está entregado a la derecha neoliberalista del perrepanpriísta, lo envuelve de defensor de las libertades que el mancerismo ha cortado, y ahora hasta utiliza la tragedia de los terremotos para sentenciar que de llegar a la jefatura capitalina ; castigará a los culpables. ¿qué éso no lo hizo Mancera?. La contradicción es parte de la desesperación. Barrales dice será justiciera de lo que no hizo su justiciero. A quién le importará la persecución de quienes también fueron víctimas de la tragedia o la explotación de predios  a favor de la comercialización de la Ciudad. Ahora Barrales es hasta abanderada de las causas de las minorías, y dice que el derecho adquirido no está a votación. ¿Y quién lo ha puesto a votación?, cuando Sheinbaum  ha señalado que coincide en que los derechos y libertades no están a votación. Entonces, ¿qué pasa?. barrales está en la locura y peleando contra sus propias sombras  y con una sola carta, que es , la equivocación del electorado. Finalmente suerte para todos pero más para la CDMX.