domingo, 13 de noviembre de 2022

LA MARCHA INERETROGRADISTA ¿ LA ULTIMA OPORTUNIDAD DE NO LLEGAR A LA DESESPERACION?

 










































La marcha  en  defensa del INE, de solamente unas cuadras, al comenzar en el ángel de la Independencia y terminar en el Monumento a la Revolución y no  terminarla en la plaza más grande del mundo que es el zócalo, puede ser la última oportunidad para no desatar la desesperación en el retrogradismo. El día de hoy podría registrarse la aglomeración más grande de la resistencia neoliberalista, después de los ridículos de las anteriores manifestaciones en el zócalo, al no poder reunir a ciudadanos comunes que se unan a la causa. Esta vez la manifestación en contra del gobierno del presidente López Obrador que tiene   68 por ciento de aprobación a su gobierno en todo el país en más de la mitad de su sexenio, no se compondrá de ciudadanos comunes, ya que no se ha ocultado que vendrán fuerzas extranjeras de Canadá y Estados Unidos para de una vez por todas, dejar un antecedente supuestamente pacífico, de que México quiere recuperar un gobierno priprdpanista y al servicio del empresariado. Aunque el apoyo a López es mayoritario y ha mantenido una política económica sin deuda postpandemia, con programas sociales universales sin intervencionistas, y en donde ha detenido la deuda externa a casi 14 billones de pesos cuando en el sexenio de Zedillo estaba en 1 billón, y después Peña la dejó en 12 billones, no falta quienes endiosando al mandatario pensaban en  el efecto de un cambio más radical, que solamente lo puede hacer una dictadura, al unificar en un solo hombre al poder judicial, legislativo y todos los gobiernos de las entidades federativas o por medio de una sana composición entre los elementos del Estado o una lucha armada. También existe desesperación por no cortar cabezas del pasado aunque de manera moderada sí se les ha amarrado las manos, y consecuencia de ello es la marcha citada. La llegada del obradorismo por medio de un movimiento y no de un partido aunque se haga pasar como tal y esté rodeado de oportunistas;  no es de ninguna manera un arribo revolucionista, al grado que  no se ha propuesto una nueva constitución política aunque sí varias reformas, porque más bien  es una conquista de recuperación o regenaración nacional, es decir no se trata de la revolución rusa o de aquellos cambios a enorme velocidad y escala que nunca se han logrado con el pacifismo,  que es una actitud que en cualquier momento pueden perder los hoy marchistas que han sido ajustados a la legalidad y no a sus favoritismos fiscales, sus negocios al amparo del saqueo nacional, el influyentismo, la corrupción monopolizada y el intervencionismo extranjero  desmedido, aún acosta del desprestigio internacional. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha seguido un manual de gobierno no callado y casi arrancado de una canción de protesta contra el neoliberalismo. La bipolarización en toda América latina y principalmente en Brasil, no excluye a México ante la desigualdad social desencadenada con gravedad ante un sistema corruptor. La eliminación de magno proyectos empresariales encabezados por traficantes de influencias, malgobernantes, asociaciones civiles fantasmas, medios de comunicación y comunicadores. así como fuerzas transnacionales, podría traer la desesperación de los inmorales,lo que pueda  poner en riesgo a la población mexicana en  un extenso territorio, que de por sí, ya es atacado por el terrorismo criminalizado, y en donde correría peligro, desde el ciudadano común hasta el propio Presidente de la República.Para evitar lo anterior que resulta indeseable, es importante la negociación inteligente, disminuir enojos y fortalecer el compromiso patriótico que ante la ausencia de éstas acciones, se ha dado  la consecuencia de que un país rico esté en ruinas, tanto de manera económica,   como educacional y moral. Sin embargo la marcha flaca que se ejecutará en algunos minutos, será un  claro ejemplo de que las mayorías no quieren   el basurero electoral en vez del progresismo lópezobradorista, por mucho que unas cuántas cuadras que no llegan al zócalo puedan parecer saturadasde personas. Más en www.somoselespectador.blogspot.com