Miguel Angel Mancera quien da por un hecho, no terminará su gestión como Jefe de Gobierno para efecto de buscar su ambición de ser Presidente de la República -pese a su desastre de gobierno capitalino-; aumenta con mayor intensidad sus mensajes como candidato a la presidencia sin renunciar a su cargo público, por lo que sus discursos más que conferencias informativas de su actividad de gobierno, resultan verdaderos discursos propagandisticos para alcanzar su ambición política. Y lo mismo se la pasa, decretando medidas populistas que borren la corrupción de sus cinco años de gobierno y se ausenta de su despacho para acudir a comidas del PRD o reunirse con otros precandidatos a la presidenciable. Ya ni siquiera su operadora política, Alejandra Barrales, puede sustituirlo en sus preparativos a la candidatura presidencial de un hombre deshonesto.