Chespirito fue muy criticado al romper la fórmula convencional de la televisión mexicana con un producto que se pensaba era para chicos y en realidad era para grandes. Tal situación no se asemeja con las criticas que ha tenido el programa Enamorándonos que es un programa para grandes que tienen mentalidad chica. Y ES QUE TAL emisión no es la innovación de la televisión de este siglo, sino la continuidad de un sistema mediático que quiere quedar bien con el sistema del mal gobierno, al fomentar un retraso en el educando y en el ciudadano cuando asumen el carácter de televidentes. El índice de audiencia pasa a segundo término, lo interesante para las televisoras, es demostrar que se está realizando un ejercicio a la medida del sistema de poder. Por tal razón Televisa luchó para que la actual productora de Enamorándonos, ahora estuviera en sus filas. Magda Rodríguez quien iba a ser premiada por TVAZTECA con un programa matutino a parte de su producción en Enamorándonos, dejó todo con tal de ser alineada en la nómina de Televisa que tuvo que contratar también, a la hija de la productora, dentro del paquete de negociación, ya que Magda, no la podía dejar desamparada ante su falta de talento y que únicamente ha servido para mostrar físico en el programa que producía su madre. Así que por lo anterior, la televisora del Ajusco, tuvo que armar una producción emergente, antes que cambiar su programación de bajo nivel pero que está al servicio del sistema. También cuando Chespirito logró en Canal 8, arrancarle televidentes a Televicentro, tuvo la oferta de abandonar su canal para firmar un contrato con la cadena poderosa de televisión, sin embargo, en ese tiempo, Roberto Gómez Bolaños le dijo a Emilio Azcarraga Milmo ante un cheque con mayores ceros de lo que le pagaba canal Ocho; -Mira Emilio, mi palabra vale más que el dinero y he empeñado mi palabra con el otro canal, por lo que si te interesan mis servicios, te los ofreceré una vez terminando mi compromiso con canal 8. Y así fue como el realizador de El Chavo del Ocho, mostró una conducta honesta y de fidelidad a una Empresa, que son adjetivos calificativos que no reconoce Magda Rodríguez, quien tiene la suerte de producir televisión en un país con un bajo nivel educativo, pero que no está exenta de sufrir las consecuencias que marca aquel principio de que quien pierde la dignidad para obtener un buen empleo; al fin del tempo, acaba perdiendo el empleo y la dignidad.