A muchos locutores y periodistas les ha urgido que su oficio de comunicadores, sea elevado o siga siendo elevado a Licenciatura, pero no para mejorar las asignaturas de la carrera y los conocimientos del alumnado, sino para obtener un documento sellado que lo puedan utilizar para la fanfarronería como utilizan los gafetes de acreditación o las credenciales pagadas a cierto gremio, o pagar una licencia que está muy lejos de ser una cédula profesional .Muestra de ello, es el "brillante alumno" de la escuela de periodismo Carlos Septién, que es Gustavo Adolfo Infante, quien el día de hoy, espero que de manera de broma, ha confesado que si aceptaría un "chayote jugoso", y quien ha criticado a los comunicadores de medios alternativos, porque para ser un periodista hecho y derecho como es él, los influencer tendrían que haber realizado una entrevista importante, haber cubierto una alfombra roja y seguramente, haber participado en un medio convencional de importancia como el desaparecido Radio 13, Radio Fórmula u otros en los que Infante ha participado. Sin embargo los que hemos cubierto los requisitos numerados por Infante, sabemos que éso no hace a un periodista sino su comportamiento ético, su preparación constante y su talento. Gustavo Adolfo Infante en cada realización informativa, demuestra tener menos lealtad al compromiso periodístico que muchos comunicadores de medios no convencionales, como es el caso de ventilar públicamente su denuncia interpuesta contra el conductor y actor Alfredo Adame, por unos supuestos insultos a la progenitora de Infante de manera personal. Nosotros sin calificar si dicha conducta deplorable, pueda ser cierta o no, o se tengan elementos de prueba idóneos para acreditarlo, ya que de esa situación deberán encargarse las autoridades competentes para ello y que son situaciones personales que no está en nuestra línea profundizar, solamente señalamos que lo relevante para la crítica periodística, es como Infante de manera incorrecta, ocupó parte de su programa para atacar sobre una situación personal a Adame, al utilizar un canal como IMAGEN TV que es finalmente un medio concesionado para la utilidad pública por medio de particulares, independientemente de la escala de valores que se aprecian de manera notoria, cuando a un comunicador le importa un bledo, el conflicto de interés, base de observancia y excusa en cualquier ejercicio ético. Tanto Gustavo Adolfo Infante como Alfredo Adame han sido personajes muy atentos con las cámaras y micrófonos de este espacio informativo lo cual agradecemos, y ambos han adoptado conductas públicas que son muy cuestionables, y que nosotros únicamente hemos analizado cuando lo privado traspasa lo público con el fin de establecer una expresión informativa de análisis y nada más. imágenes de cortesía
