martes, 26 de junio de 2018

LOPEZ OBRADOR CONTRA EL CONTROL ACONDICIONADO




















La mejor manera de destruirlo, era exhibirlo con un acto de corrupción contundente  que  hubiera opacado sus palabras con sus actos como  ha ocurrido con otros políticos, con sus adversarios y hasta con sus contendientes para ocupar la presidencia de la República. Tal situación librada,  lo convierte en el hombre más representativo de la izquierda desde el siglo pasado. Es Andrés Manuel López Obrador  quien ya habiendo gobernado,  el pueblo le brinda confianza como si nunca lo hubiera hecho. Es López,  el político que ha pisado las llamas del infierno al  encarar  a los abusivos vendepatrias, exhibiéndolos, al mostrar información de sus amafiados planes que para algunos resultaban fantasías esquizofrenicas y que  poco a poco la historia las fue confirmando. Es el político que ha pisado el terreno celestial, al ser el depositario de la confianza  de quienes han quedado arrinconados, sometidos, sobajados y de aquellos otros, que desde el privilegio selectivo quieren el privilegio colectivo y un mejor México. Ha pisado la zona divina, porque el pueblo incapaz de obtener sus propias soluciones, ha delegado en una esperanza ante su inoperancia educativa, política y económica.  La frase tan trillada de  Joseph  de Maistre, pero que no ha sido sustituida por su exactitud, de que "el pueblo tiene el gobierno que se merece", volverá a refrendarse  en la madrugada del próximo dos de Julio,  en donde se dará el resultado de los taches de boletas, en donde en la intimidad de una casilla, el votante ya  habrá tachado , o el bombardeo mediático que lo ha convertido en un "homo no sapiens" o  se abrá inclinado por una opción que lo  reafirmaría  como  un homínido  por lo menos, con la virtud de emitir un voto razonado ante sus limitaciones por su quietud, que lo hacen ser un triste esperanzado, sin capacidad  de asumir sus circunstancias por lo que deposita en López Obrador, lo que no es capaz de hacer por si mismo, pero que sin embargo en él encuentra a un político imperfecto pero con mayores virtudes que los que se  vislumbran en el horizonte.  México es un país sometido por naturaleza histórica, y que ahora parece estar lejano a una cuarta  transformación del país, como lo fue la Independencia, la reforma y la Revolución, como pretende López Obrador, y está más cercano al fraude electoral o a la alternancia sistemática. Sin embargo la patología del hombre que quiere ser un señalado por la historia como el mejor presidente que haya tenido la nación mexicana, -incluyendo a  Benito Juárez-, puede ser una obsesión  más benéfica para el país, que aquella que tienen otros, de que México continué con todo y los cambios en el mundo, con el régimen  neoliberalista y de control acondicionado.Ahora está a punto de comenzar una veda política, para que el ciudadano pueda razonar su voto en unos días,  y tomar la determinación que no ha sido capaz de analizar en profundidad, durante décadas; sino es que, durante toda su existencia.