lunes, 29 de abril de 2024

UN DEBATE DEBATIBLE

 






















Espero que lo mal administradora de tiempo que resultó Claudia Sheinbaum para su turno de diálogo en el segundo debate  rumbo a las elecciones presidenciales, no sea un parámetro de lo que es  como administradora pública, aunque finalmente fue la morenista quien volvió a ganar el debate, ante un candidato de Movimiento Ciudadano decorativo y sin posibilidades de ganar las elecciones y una grosera Xóchitl Gálvez, cuya propuesta es el insulto y la vulgaridad, la violación de las reglas establecidas para el debate, el engaño y el desconocimiento de los temas de gobierno. Sheinbaum corrigió de  situaciones técnicas a Gálvez y hasta la hizo que confesara en transmisión nacional que es la candidata del prian que aunque resulta obvio, la pripanista con  colores rosas y morados ha tratado de evadir de que partidos proviene y  su lucha por el retrogradismo y por regresar al PRI al gobierno que tanto decía el PAN  y la propia Xóchitl, se tenía que demoler. El debate para las elecciones 2024 resultó histórico al tratarse de un contrapunto entre dos mujeres que pueden llegar a la presidencia por primera vez en la historia de México y de Norteamérica, y por ser la primera vez que se arrincona al PRI y al PAN en un solo costal cuando durante toda la historia, inclusive con la llegada de FOX a la presidencia, negaban ser lo mismo. Un debate mal estructurado y con fallas técnicas y televisivas que reflejan la corrupción del INE por usar dinero público en la compra de un gato por liebre, pero también inútil en su larga duración y en hacerlo en tres episodios, cuando no existe confusión, parecido en propuestas o calidad en las mismas, que requieran un desempate  en el buen criterio del elector ante  una indefinición. Aunque en estricta esencia, un debate debería ser una exposición de proyectos y no una competencia en busca de un ganador para los televidentes o los radioescuchas, la realidad  que embarga a la vida electorera del país es otra, cuando en las candidaturas se cuelan farsantes que en vez de defender una ideología o propuesta de gobierno, en realidad buscan a como de lugar y  sea como sea, obtener ganancias personales que les han sido condicionadas por ganancias de grupos poder en busca de saqueos económicos, y que llegan hasta la grosería para convencer a un electorado primitivo que tiembla ante los tabús del socialismo y se mantienen valientes ante defensa de su propia ignorancia. Más en www.somoselespectador.blogspot.com