ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-La mentira y la distorsión de datos es la última oportunidad que tendrá la candidata del retrogradismo, Xóchitl Gálvez, para terminar no tan distante de su contrincante Claudia Sheinbaum, al cierre de su contienda electoral por la presidencia de México, y por lo cual hoy tendrá un marco preciso en el segundo debate, después de su desastrosa primera participación en donde no aprovechó el escenario banal de la pantalla televisiva, en donde los observadores son capaces hasta de terminar en un mar de lágrimas con "Rosa Salvaje". La pripanista tendrá que utilizar su misma habilidad para sacarse los chicles de la boca y pegarlos en cualquier lugar, para esta vez exponer un plan de gobierno que sea parecido al de Sheinbaum aunque en la realidad sea todo lo contrario. Quizá solamente el fotomontaje o una evidencia indubitable de actos de corrupción de su adversaria o del actual Presidente de la República, que todavía no se encuentran por ninguna parte, podría lograr que en la próxima semana se hable de Gálvez como seria candidata a una silla presidencial a la cual puede aspirar cualquier analfabeta desde que fue ocupada por Vicente Fox o por cualquier criminal como Felipe Calderón. Aquí no habrá la censura con que Xóchitl Gálvez trató de detener las conferencias presidenciales o que impone en sus conferencias ante estudiantes y profesores universitarios a los que ignora, evade o descaradamente se niega a contestar, como lo hizo con un universitario y una profesora en la U de G. El único impedimento reglamentario que tendrá y que amenaza violar la mascachicles, es el formato de un debate que está destinado para lo más ignorante del electorado, que pueden llamarse indecisos o de convencimientos fáciles, que no son capaces de madurar un voto en base a una idea premeditada, ante una circunstancia política notoriamente marcada y ante dos proyectos históricos y de nación tan diferentes. En unas horas, llegará lo más insalubre del antilópezobradorismo a un panel con aparadores privilegiados, para tratar de detener un cambio que va ascendente, que después de más de 60 años de estancamiento, parece inevitable para un país que fue abandonado por sus malos gobernantes y por sus descuidados pobladores, bajo un saqueo imperialista.Más en www.somoselespectador.blogspot.com