Cuando se
llega al punto de la decadencia, el desplome es absoluto, por tal razón es que todo lo que hace y todo lo que viene del
pripanismo, no es más que un estado de putrefacción que finge únicamente estar apenas en agonía, y exhibe a sus defensores
como aprendices de corruptos y de residuos del direccionismo mediático. Por
tal razón, todos los defectos de la representante de la resistencia corruptiva que encarna en
Xóchitl Gálvez son visibles y palpables, al ser abanderada con méritos suficientes
de ese escurrimiento de heces muy parecidas a la de los animales. Ahora ocurre, que después de filtrarse a la opinión pública un vídeo en donde Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de Xóchitl y parte de su campaña por la presidencia de la República
como líder de las redes de jóvenes priprdpanistas, aparece aparentemente drogado o por lo menos alcoholizado y buscando riña en la vía pública con
empleados de un antro que está ubicado
en el perímetro delegacional que fue administrado por Xóchitl, y en consecuencia a tal conducta, es que la
candidata dijo haberle llamado la atención a su hijo y mostrarle
un código de moralidad y de buenos modales, cuando la propia Xóchitl
hace unos días, fue amonestada por el INE al que tanto quiere y dice
respetar, por haber utilizado de manera indebida, los logos del Instituto Electoral a favor de su
campaña política, en donde anuncia que los programas sociales no pueden ser
revocados por quien obtenga la presidencia del país, apesar de que la propia
Xóchitl había manifestado que tales programas
eran destinados para ciudadanos flojos y de que su propio partido
panista al que representa, votó en contra de la iniciativa de ley que el
Presidente López Obrador mandó al Congreso, para que dichos programas que él
instauró, tuvieran rango de constitucionales y de cobro directo para evitar
clientelismo electoral, entre otras medidas al respecto como adelantar pagos y
evitar que estos fueran entregados en
plenas elecciones. En el vídeo al que
hacemos mención, el hijo de Xóchitl utiliza insultos clasistas, racistas y
machistas y humilla a los empleados del
antro, diciéndoles que se dejan comprar por unos simples tacos, es decir que venden
barato su honorabilidad en vez de cotizar su moralidad por ganancias
millonarias a cambio de permisos
inmobiliarios con empresas propias, como lo hizo su madre con High Tech Services y Operación y Mantenimiento
de Edificios Inteligentes cuando fue delegada de Miguel Hidalgo y después con
artimañas involucrarse con estos
contratos en el gobierno federal, incluyendo al de este sexenio, que al
descubrirla, fue que se rescindieron tales relaciones contractuales. Juan Pablo Sánchez Gálvez, al asumir su cargo como Coordinador Nacional de Jóvenes de Frente
del priprdpanismo aseguró que Xóchitl Gálvez
sería “la madre de todo México”. En nuestros espacios informativos siempre hemos
señalado que cada quien es responsable de sus acciones y deben ser juzgadas de
manera individual y no por lo que hayan hecho otros. Con esta idea, defendimos
de los ataques al hijo del Presidente López Obrador que fue apedreado por sus rasgos
físicos y también defendimos a la hijastra del expresidente Peña Nieto e hija de Angélica Rivera a la que
trataban de denostar y no reconocer su talento. Por lo que las acciones de
bajeza de Juan Pablo no deben afectar la
reputación de Xóchitl como de la misma manera, las bajezas de Xóchitl no deben marcar a Juan Pablo, o
las de su tía y hermana de la candidata que está presa por el delito de secuestro. En tal razón, estamos
de acuerdo con Beatriz Gutiérrez Müller en el sentido de que los padres, los
hijos y otros familiares, no son responsables de los actos de ellos; solo de
los propios, sobretodo cuando se ha
cumplido la mayoría de edad por lo que los niños, menores e incapacitados son los únicos que no son responsables absolutos de sus actos. La esposa
del Presidente López Obrador ha señalado: “Los errores, las equivocaciones o
delitos de alguien de la familia, así como sus aciertos, victorias o
magnanimidades no son transferibles ni hereditarias”. Sin embargo Juan Pablo Sánchez no puede escapar de la crítica pública, pero
no por ser hijo de una candidata tramposa sino simplemente por haber formado parte de una campaña presidencial como coordinador, como en su momento Paulina Pretelini
Peña también fue criticada, no por ser hija
de un gobernador y luego de un presidente corrupto como Enrique Peña Nieto sino por utilizar las
vías de comunicación masivas para señalar que quienes criticaban a su padre, cuando era
candidato a la presidencia, para ella eran unos torpes, en aquella celebre
declaración al tenor de: “un saludo a
toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien
envidian”. La ética y la aceptación social deben ser el estándar de medición para
poder opinar de la vida pública del país y no de la vida privada de los actores
de la vida pública, o de los ya fallecidos, cuando se les critica o alaba por su
obra y su paso irremediablemente histórico y no por sus actos
personales o errores que son parte de la vida humana. Más en www.somoselespectador.blogspot.com