La dictadura presidencialista
para lo cual fue creado el PRI y luego una serie de partidos satélites, trajo
como consecuencia la ignorancia y la pérdida de valores éticos y morales, en lo
que ha resultado una colonización intelectual entre la estrategia perfecta de
sometimiento y el imperio extranjero. La resistencia a un cambio de
administración pública, que ni siquiera se puede decir que es una revolución
política, cuantifica el daño intelectual que ha sufrido una gran parte de los
mexicanos, y se hace notorio que las
crisis y endeudamientos financieros que ha vivido el país, resultan menores al
atraso educativo por sistemas nefastos que fueron implantados a propósito y al
atraso ideológico, extraviado en la corrupción. Ha bastado la llegada de un presidente
bienintencionado, para exhibir que tanto es el estado de descomposición de la
clase media y el abuso delincuencial de la clase alta, aunque hay que entender,
que el movimiento lópezobradorista en su culminación con la obtención de la
Presidencia de la República de una manera pacífica, no se hubiera podido concretar, sin el
factor económico de un sector las clases
altas, como ha ocurrido en cualquier cambio político, adelanto científico o el
propio descubrimiento de América. El abrir de conciencias de una sociedad
mexicana como producto de tres acontecimientos equivalentes a guerras,
que son los catástrofes naturales por los terremotos, los catástrofes políticos por
los fraudes electorales y los catástrofes económicos por magno deudas, no
podía encaminarse a otra dirección que no fuera volver a intentar la caída del PRI en cuanto a su acción de
gobierno, hasta lograrlo aunque de manera tardía, lo que trajo un atraso histórico para
México que veía la caída del Muro de Berlín, la
aceptación de dos Papas vivos, un Presidente de Estados Unidos de raza
negra y el fin de la guerra fría, y no la derrota plena de un partido creado desde
fines de los años cuarentas, cuya permanencia estaba basada en la infraestructura del sindicalismo controlador y la habitualidad
del robo a la nación, y que en el año 2000 tuvo bien disfrazarse de alternancia,
siendo que PAN y PRI siempre ha sido lo mismo. Sin embargo el daño social ya
estaba hecho, el ciudadano aspiracionista que sobrevalua al idioma inglés sobre
la riqueza del idioma español, que es incapaz de aplicar
métodos algebraicos y que en su mapa mental dibuja al presidente como un
todopoderoso, capaz desde arreglar la coladera del vecindario hasta pagar la
deuda mundial, y que por ende es el culpable directo de lo bueno y lo malo que
pasa en el país, ahora se hace reflexiones que antes ni siquiera se le ocurría, aunque le resulte difíciles de contestar ante sus
carentes herramientas de conocimiento, como : ¿Por qué existen priístas en el dizque nuevo partido de
regeneración nacional?, ¿ Por qué no se han metido a la cárcel a los
saqueadores del país?, y otras más descabelladas como la demanda del no pago de
la deuda o que no se haya evitado el
contagio y muerte de ciudadanos por una enfermedad que embargó a todo el mundo o la terminación de la guerra contra lo que se ha querido llamar crimen
organizado. Sin embargo, efectivas acciones
del gobierno lópezobradorista, por sí solas han logrado otro tipo de análisis como que el
dinero que era desviado, ahora se aplique a programas sociales y a su distribución de
manera normativa, lo que ha despertado la reflexión masiva de ya demandar tal
beneficio y no atribuirlo a un regalo presidencial. También la austeridad en el
gobierno, ha derrumbado la normalización de que un buen político, un buen
gobernante, debería tener lujos a su disposición, lo que ahora se demanda que
el gobernante ya no tenga ni lo mínimo para
su ejercicio administrativo como lo son
óptimas oficinas públicas o hasta se le reclame que se tome un simple café en Sanborns. Será hasta
que pase más tiempo para quien tiene razonamientos banales y no tiene ni ha tenido acceso a la educación profesional
o especializada, para que adquiera el conocimiento vivencial y entonces
entienda lo que ahora convulsivamente y manipuladamente, rechaza. Pero aún con
todas estas carencias, el pueblo de México en su gran mayoría, no es tan estúpido
como para dejarse engañar en las próximas elecciones por su enemigo histórico,
y no tanto porque lo tenga bien identificado, sino porque ha sido muy torpe en querer vender a una candidata bufonera como Xóchitl Gálvez de la solución de los males de un país y regresar al
pripanismo, por la simple razón de que el lobo jura que ya no será lobo sin por lo menos
pedir perdón. Lo más valioso es que con todo y lentitud pero al fin de cuentas, los cambios de la vida pública del país han
llegado, aunque con las limitaciones pero también con las grandes ventajas y
bondades que implican las acciones pacificas y más cuando estos se mantienen en una sociedad tan
limitada por sus análisis cortoplacistas.