Que diferentes se observan estos nuevos tiempos periodísticos, en donde los dueños de los medios d e comunicación y lectores de noticias, ya no obtienen licitudes para negocios a base de servicios públicos, ni se sirve el café acostumbrado para los directores de los medios impresos que no salían de gobernación para apuntar cuales eran los caprichos diarios del presidente, ni tampoco existen aquellos besos que manchaban el cachete del titular del poder ejecutivo federal, de pintura labial de aquellas representantes del chayote y puntuales organizadoras de las cenas en donde se podía cobrar el cubierto según lo cerca que se estaría del presidente. Se terminaron las entrevistas al grupo elite que acudían a cuestionar a modo al presidente cruzado de piernas con zapatos de charol dominante. Hoy la comunicación periodística es al salir el sol, en transmisión en vivo, sin cuestionarios seleccionados y de cara ala nación, de lo que se han llamado Las Mañaneras, que se dividen en exposiciones informativas y en confrontaciones no censuradas, con un ejercicio inédito en la historia del presidencialismo en México y de la historia de los propios medios de comunicación sin privilegios, y que los quejosos corruptos llaman un constante ataque para los que añoran el sentirse como un cuarto poder, sin conocer la real vocación periodística. Más en www.somoselespectador.blogspot.com