miércoles, 3 de agosto de 2022

JAVIER HERNANDEZ UN CHICHARITO APATRIDA DE CABEZA

 



























Mientras los espacios de comunicación net, difundían los honores y muestras de humildad al rededor de la joven científica, Katya Echazarreta quien es la primer mujer mexicana que viaja al espacio; por otro lado se logró captar al futbolista mexicano Javier "El Chicharito" Hernández, quien con la playera de su equipo GalaxyUSA, se acercó a las tribunas para saludar a aficionados, entre quienes uno  traía la  bandera mexicana, misma que indebidamente el futbolista acostumbra a firmar sin empacho, pero esta vez de manera correcta no le firmó al oferente, pero no como muestra de corrección de sus actos, sino por el contrario, no quiso rubricarla para mostrar su desprecio, ya que la derrumbó al piso de manera grosera para el símbolo  patrio mexicano y para el propio aficionado quien se vio despojado de su valioso objeto. Cerca del ofendido, apareció otro aficionado con la bandera de Estados Unidos, al cual si bien es cierto el futbolista  no  se acercó a la prenda patria, sí le mostró su total respeto. Las criticas no se dejaron esperar para el mexicano que militó en el Real Madrid y tiene una historia familiar muy especial por haberle anotado un gol a Francia en un Mundial de Fútbol, y cuyos logros parecen colocarlo en un falso nicho, en donde su nacionalidad por nacimiento, le parece poca al igual que los símbolos patrios mexicanos, que orgullecen a otros mexicanos quienes muestran en lo alto su bandera al obtener importantes triunfos. Independientemente de las necesidades que pueden encerrar una conducta migratoria, en el caso de aquellos que sueñan con vivir y triunfar en los Estados Unidos, también es cierto que tal huida,  tiene un grado de ambición económica, en donde un sueño americano los motiva a ser millonarios más que la idea de obtener una calidad de vida basada en otras circunstancias humanas, mientras que  a otros los hace pensar que EUA es la tierra prometida, que al triunfar ahí, los convierte en ciudadanos de otra categoría, aunque ante la grandeza mexicana, de alguna u otra manera no dejan de depender de México. Tal distorsión de valores y confusión de las circunstancias, surge de un control direccionado que ha fomentado el imperio estadounidense al mundo, y que viene de un país poderosamente influyente y respetado, pero también intervencionista, bélica y despiadado por el actuar inconcebible de sus gobernantes y empresarios con dominio económico mundial, más que por  un pueblo noble aunque mal educado,  que fundó una nación al escapar de un repudio asiáticoeuropeo.