Muchos no somos tan ingenuos en pensar que ciertos jugadores se tatuan los escudos y colores de su equipo sin importar sus intereses personales y su economía, como carlos Reynoso caso de excepción al arraigo, con todo y que su magno sueldo estaba garantizado, y lo que llevó al Club América por mucho tiempo a no utilizar el 8 que portaba el chileno en sus playeras cremas. Sin embargo existen cálculos institucionales que no se deben dejar a un lado, estrategias que lo hacen equipos de prestigio como el Club Barcelona, o el Real Madrid, que por ejemplo para agregar al pichici Hugo Sánchez en sus líneas, como el jugador había sido parte del Atlético de Madrid, se tuvo que hacer una triangulación con Pumas para que Hugo pudiera firmar con los merengues. por tal situación resulta repugnante tanto para la afición cruzazulina como para la americanista, la llegada a Coapa de Jonathan “el cabecita” Rodríguez como nuevo jugador del
Club América, que en cuatro años se había convertido en un emblema de
la máquina, y aunque el delantero primero pasó por el Al Nassr de Arabia Saudita,
lo cierto es que el uruguayo fue de los
jugadores azulinos más letales para América y quien más se burló del linaje
águila. “Cabecita”, ahora llega a las Águilas con un contrato por cuatro
años y un salario igual al que percibía en el futbol árabe de 220 mil dólares
mensuales, en una operación de 6 millones de dólares por lo que América tendrá
que pagar un porcentaje de esos 6 millones de dólares al Al Nassr y la cantidad
restante a Cruz Azul, debido a que el equipo de Medio Oriente no había
liquidado al club cementero todo el dinero de la venta de Rodríguez hace seis
meses. Seguramente existen muchos cabecitas en las canchas de Copa , que son
mexicanos pero que la mafia de las marcas, las firmas y la danza de los
billetes les impiden pisar cancha y demostar su valía productiva y menos
honorosa para las águilas, que hace mucho no tienen una estrella emblemática en
el ataque como Cuauhtémoc Blanco quien por cierto, al igual que a Guillermo
Ochoa, los promotores y técnicos corruptos no les permitían llegar al primer
equipo. Si el cabecita, no funciona en
el América, no pasará nada, ya vendrán otros empleados bien pagados que quieran
patear el balón, en una liga que cada seis meses llega un nuevo calendario y un
nuevo plantel, sin importar que lleven o no en su pecho los colores del
América. Más en www.somoselespectador.blogspot.com