El Presidente López Obrador formó un movimiento disfrazado de un partido que es MORENA, pero que por sus siglas se define. Jugó con las reglas institucionales en vez de por las alternativas y ahora sentado en la silla presidencial y de haber cumplido el objetivo, parece estar más ocupado en cumplir sus promesas por las que fue votado y realizar su proyecto de gobierno en vez de fortalecer un partido político, como lo hacían los ambiciosos y corruptos priístas.Al referirse al proceso de elección en Morena, el presidente
Andrés Manuel López Obrador refirió que los dirigentes no se deben “confundir,
porque es el pueblo el que manda”.“Ya basta de eso (de las disputas). Afortunadamente es la
gente que está empujando la transformación. El motor del cambio es el pueblo.
Que no se confundan los dirigentes; es el pueblo el que manda y decide y se le
debe respetar. Al carajo con el oportunismo, Hay mucho pueblo para tan poco
dirigente”, fustigó.
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