Nuevamente y para no variar, vuelven a fallar los comunicadores y muestran su ineficacia profesional ante la tripandemia que vive México, que es la sanitaria, la económica y la política. En los medios de comunicación se ha señalado al cubrebocas casi como una vacuna, sin insistir en su correcto uso, durabilidad y como debe ser su desprendimiento en su desuso. Se ha transmitido bajo un mensaje insinuante, que el simple hecho de portarlo ya es una barrera mágica para evitar el COVID19 y no propagar el virus; mientras que poco se informa sobre la vital importancia de la sana distancia que es de mayor efectividad que el utensilio que no solamente debe tapar la boca sino también la nariz, así como evitar hablar en las calles más que lo esencial, no gritar, no chiflar, no cantar, no contestar el teléfono celular en donde podamos tener cerca a otras personas o en la vía pública, evitar el pago en efectivo lo mayormente posible, observar que en cada esquina que tengamos que cruzar; no nos topemos frente a frente con otro peatón, lavarse las manos constantemente con agua y jabón de manera predominante al gel antibacterial, y que el cubrebocas que se esté utilizando no sea lavable, sino de un solo uso y N95, así como mascarillas FFP2 ó FFP3. Mientras que la situación de protección resulta alarmante por su complicado cumplimiento y cuya mejor opción es mantenerse dentro de casa; los informadores de televisión presumen del cubrebocas en sus programas al aire cuando no lo utilizan correctamente, y locutores se unen a exigir la apertura de centros no esenciales como teatros, salón de fiestas y lugares de espectáculos sin proponer en concreto ningún pliego petitorio o manual de procedimientos eficaz, más que el quejido en contra de un gobierno que coincidentemente a sus reclamos; ya no reparte chayote ni recursos públicos de manera ilegal, para beneficio de particulares abusivos, Más en www.somoselespectador.blogspot.com