Desde antes del año 2015, -cuando la mayoría de la prensa mexicana no mencionaba las atrocidades cometidas por el ejército mexicano como una continuación del narcogobierno de Felipe Calderón-, fue que en nuestros espacios informativos nunca callamos como momias, y por el contrario, en los diferentes espacios informativos (incluyendo actitudalmomento), señalamos a Salvador Cienfuegos como un auténtico delincuente. Ahora en un gobierno lópezobradorista de transparencia pero no de imagen transparente ni solapadora, se derrumban las máscaras y no se encubre al exsecretario de las fuerzas armadas para su detención por su relación con el narcotráfico como otra de sus joyitas de conducta, que mancharon al ejército mexicano y al periodismo, que optó por el apego de alinearse a que nadie debía meterse con el presidente en turno, ni con el ejército ni con la Virgen de Guadalupe. Salvador Cienfuegos es el primer secretario militar detenido en la historia de México por medio de la policía persecutora del tráfico de drogas y delincuencia organizada, por lo que el generalote detenido en Estados Unidos, justo en el aeropuerto de los Angeles para seguramente evadir a la justicia al lado de su familia, en poco tiempo dejará de ser un soldadito de cartón y ya no se podrá lavar las manitas con agua y con jabón.