El grupo económico e influyentemente favorecido en México es
reducido ante los millones de pobres y desamparados que tiene el País, por lo
que la bipolarización que se
guarda, es una demanda legitima al cambio del modelo económico contra los pocos
favorecidos y abusivos de poder, por lo que si existe contrapunto en una
elección clara, es debido a aquellos
dominados de conciencia por el factor mediático o por aquellos que se dicen
afectados sin serlo, y que a la hora de votar también lo hacen por el cambio,
pero que la presión mediática y la influencia por quienes forman la industria del periodismo servil al
sistema empresarial, los agobia intelectualmente, para expresar libremente sus
ideas con temor a ser descalificados. Grupos poderosos privados se han apoderado de la utilidad pública -incluyendo a las nuevas
tecnologías- y ahora son los que manejan
el funcionamiento del Estado, controlan
las acciones delincuenciales para generar miedo fundado, las comunicaciones públicas
y privadas, la estrategia económica, la soberanía, la utilización de recursos,
la forma de gobierno, la educación, cultura y manejan la protección social a
sus conveniencias y ganancias, por lo que no podría faltar el control
electoral. Aquellos que se salen de los
beneficios o por lo menos no molestias que les puede causar estar en contra o manifestarse no a favor de
este modelo neoliberalista y de “emprecracia",
son controlados por tráfico de redes,
neutralizados y hasta desaparecidos como hacen constar las ausencias o
asesinatos de estudiantes, defensores de derechos humanos, de blogueros y de
comunicadores independientes que no
venden su dicho ni su forma de decirlo. Por lo que el abrir de conciencias que no es apta ni
para ignorantes ni para manipulados, ya ha llegado a círculos de diferentes
posibilidades económicas, ante el abuso y
corrupción de traficantes de influencias disfrazados de empresarios, que tienen el
control del gobierno y de los
gobernantes, y que los tiene enfurecidos y quieren tratar de enfurecer a esa
otra media naranja influenciable y a la cuarta parte de la misma que dice serlo, pero que a la hora determinante, se encara en
contra del sistema y le voltea su voto. De no ser así; no hubieran existido los recientes fraudes electorales ni fuera la oposición un peligro electoral para los voraces
beneficiados, que tienen como propósito
alimentar una lucha no ideológica sino mediática entre “pejezombies”, “Prizombies”, “Perrepanizombies”
y quienes de plano rayan en ser “pendezombies”
cuando tenemos que respetar el derecho de pensamiento, pero también la obligación de informar a aquellos que
piensan que todo lo que no es neoliberalismo es comunismo o de aquellos otros que piensan que
un gobernante puede ser redentor de un pueblo sin contemplar de manera objetiva a los 53.4 millones que viven en la extrema pobreza y que son parte de nuestro país.