jueves, 24 de mayo de 2018

LOPEZ OBRADOR BOLIDO A LA PRESIDENCIA DE MEXICO

















Pasarán  unas semanas más para saber cuál es la situación  política inmediata de México de cara a sus elecciones presidenciales en donde  parece ya nada detendrá al candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador  a la presidencia de la República,  de existir  el respeto al voto que emitan los mexicanos. Sin embargo los magnos  fraudes electorales  de 1988, 2006 y 2012, la escenografía mal montada de la democracia priísta, la alternancia macabra pripan y el atropello al voto en diferentes elecciones gubernamentales  e intermedias,  no parecen brindar certeza a esta próxima votiva.  La esfera empresarial teme a la llegada  de López Obrador al no tratarse de  un hombre manejable  y con intereses negociables como lo fue Vicente Fox quien ganó la presidenciable  y Cuauhtémoc Cárdenas  a  quien se le robó la misma, pero quien al final, fortaleció el sistema de poder y los privilegios de quienes ahora han armado una guerra sucia desgastada para estas elecciones pero  sin el impacto del 2006 que encabezaron las acciones  antidemocráticas foxistas con el uso de la fuerza del Estado.  Los días pasan y las fórmulas fallidas  en  montar una puesta en escena,  en donde el perrepanista Ricardo Anaya era una víctima de Estado y papel calca barato de López Obrador; no han funcionado. Ni tampoco  las peleas   de Anaya  con el priísta Meade, ni el intento de dividir el voto con candidatos independientes en donde se tuvieron que ajustar fichas  con la renuncia de Margarita Zavala. Tampoco ha funcionado  aquella temerosa frase de “peligro para México” que ahora suena hasta ridícula y que antes era un bombazo   mediático. El tiempo  sigue su marcha y no ha explotado la bomba que se decía estaba preparada para AMLO, para terminar de una vez con todas con él, después de que durante dieciocho años ha sido vigilado sin poderle abollar su prestigio obtenido como luchador oponente y como jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Se decía que la bomba venía de Venezuela, otros  de Veracruz, otros señalaban que la aprehensión del exgobernador   de ese Estado,  Javier Durate, estaba negociada con tal de ser pieza fundamental para la realización de otro montaje en contra del candidato morenista.  Lo cierto es que más sectores de la sociedad y aquellos que antes descalificaban a Andrés Manuel, ahora se suman  a su proyecto de nación, que sin ser el más óptimo para el País, para muchos resulta agua bendita, ante un México desmoronado en corrupción, violencia, abuso del poder y ausencia compositiva de lo que es un Estado.  Ni el disimulo internacional y la complicidad estadounidense han sido suficientes para que analistas externos  y  sin lucha de intereses, observen la opción obradorista como la más conveniente para México. El fraude en las casillas resulta cada vez más difícil pero no el que se pueda realizar en sus exteriores, con la compra del voto y su ilegal circulación, o posibles acciones de violencia y pandillerismo como las ocurridas el día de la protesta presidencial de Peña Nieto y en el aumento de la gasolina, en donde se utilizaron   grupos de choque. Tampoco puede descartarse desde el control  de cadenas en las redes sociales apaciguando al electorado o  la violencia extrema  como la que ya ha ocurrido en el asesinato de varios candidatos. En este 2018 la historia podrá registrar las primeras elecciones con la presencia del terrorismo o las primeras elecciones que dan paso a un gobierno de izquierda que  puede eliminar  las llamadas reformas estructurales que tanto  han dañado al País, sin que tampoco pueda descartarse  la extinción de dichos ánimos con una consulta ciudadana para que el pueblo decida si las mantiene o las revierte. Todos estos acertijos son dignos para ser contestados anticipadamente  por los profetas mientras la fecha es esperada por los  historiadores.  La realidad, es que el modelo económico y político de México está desgastado, que el país necesita un cambio radical aunque no se quiera aceptar por los beneficiados del abuso  empresarial y de poder,  o por aquellos que fueron engañados  por un sistema político que los hizo pobres para después rescatarlos  con soluciones  a cambio de votos. El tache en la boleta electoral está más claro que nunca.   La carta más fuerte en favor  de López Obrador ante un sistema podrido y un electorado ignorante,  y aún con la  falta de un equipo de excelencia a su lado; es la presunción de decencia  que está claro que a sus contrapartes les falta, y que para sustituirla necesitan del voto útil, el voto tachado, del miedo y de  la propaganda negra. Aunque existen ahora  cuatro candidatos ante la renuncia de uno de ellos; solamente existe uno diferente a los otros, para bien o para mal.  Por lo que el rumbo de México está más claro que nunca en el gis electoral de los mexicanos,  pero su destino solamente lo puede  anticipar el adivino, y  solamente lo podrá escribir  con  hechos ya ocurridos;  el historiador.