México está de fiesta. El boleto al Mundial del Rusia 2018
es un hecho consumado, que se dio de forma anticipada y que le brindó la tranquilidad que ayer no tuvo la mitad del
mundo futbolero, desde selecciones de
alto nivel como Argentina e Italia hasta
otras más modestas como honduras o en proceso parecido al de México, como lo es
la selección de Estados Unidos. La calificación anticipada es la medalla más
valiosa en la era Juan Carlos Osorio, aunque no pudo mantenerse invicto tras perder 3-1 con Honduras, ni pudo alcanzar los
récord impuestos por Bora-Lapuente y Ricardo
La Volpe. A diferencia de la eliminatoria pasada, en
donde incluso se tuvo que postergar el pase hasta el repechaje en contra de
Nueva Zelanda, o la edición previa a la justa del 2002 en Corea y Japón, en
donde el boleto se selló en la última jornada, en contra de Honduras en el
estadio Azteca, ahora el equipo de Osorio se dio el lujo de dormir tranquilamente ante el apuro de los otros.
Sin embargo la preocupación por el funcionamiento del Tri, es serio. Lejos de que no se ha podido alcanzar el
récord en esta eliminatoria y que se ha
visto débil y fracasado en momentos importantes como la Copa América y la
Confederaciones; la escuadra mexicana no tiene una alineación fija, los
jugadores reciben órdenes de no jugar en
sus posiciones acostumbradas y de las cuales son especialistas y el equipo no tiene estilo, juega mal y navega de manera
insegura en cada encuentro, lo que tiene como consecuencia se realicen pronósticos
pocos favorables para su
intervención en Rusia, cuando la selección mexicana ha logrado buenas
intervenciones mundialistas desde 1986. Más en www.somoselespectador.blogspot.com