viernes, 13 de octubre de 2017

EDUARDO YAÑEZ BOFETEA A MICROFONERO QUE SE NOMBRA REPORTERO

















El derecho a la información  contemplado en el artículo 6 constitucional  y la libertad de expresión contemplada en el artículo 7 del mismo ordenamiento, tienen como límite  atacar a la moral  y la vida privada de las personas en los canales utilizables.  La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga la no censura e impide coartar la libertad de expresión, sin embargo es categórica en señalar que no tiene más impedimentos que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública; señalamiento que es ignorado y violentado por los Jefes de Información  y por aquellos micrófoneros que se dicen reporteros y que son gozosos  de ser portadores de la nota rosa y los chismes, lo que les permite ganarse un sueldo, aun siendo unos ignorantes y  a base del bajo nivel educativo del público que los atiende. La poca preparación reporteril  y periodística  así como el no profesionalismo  de los involucrados en difundir la noticia de la fuente de espectáculos, incluyendo la sustitución de reporteros gráficos por cargadores que se dicen camarógrafos , han dado nacimiento a lo que muchos llaman sub-rama del periodismo de espectáculos  que le llaman "nota del corazón" y de lo cual se han aprovechado comunicadores de escasa preparación formativa, informativa y académica.  Los Jefes de información  se han convertido en seleccionadores de notas "chayoteadas"  y los dueños  de los medios de comunicación en inconscientes mercantilistas  que son convenientes para cumplir  con la política  de gobierno, por hundir  en la ignorancia a su población. Tales circunstancias forman un campo propicio para los parásitos de la información que utilizan al escándalo como única forma de sobresalr con la complicidad de algunos famosos  sin talento y ante el enojo de quienes verdaderamente son artistas y celosos de su vida privada. La bofetada que el actor Eduardo Yañez le plantó  a uno de esos mercaderes del chisme, no es justificable por ningun motivo  y es una acción de cobardía  pero que tampoco excluye de la falta de ética por parte del interrogante.  Si bien es cierto la manifestación de ideas  no debe ser objeto de ninguna inquisición; también cierto es, que que no se debe ignorar la barrera, que impide atacar la moral, los derechos de terceros, la paz pública y la vida privada. Es importante  que el mismo radioescucha, televidente o lector sea capaz de distinguir y seleccionar los verdaderos espacios periodísticos,  y no  aquellos de comentaristas tirantes, improvisados, poco originales, funestos y que  procuran elmal periodismo,  y  debe separar  claramente,  el circo mediático  -que es en beneficio de quien lo provoca- y el verdadero ejercicio noticioso  basado en  el derecho a la información. Es importante destacar,  que el compromiso del crecimiento de los medios no es responsabilidad  absoluta del espectador   y de la oferta y la demanda  del chisme, cuando no existen  opciones para el público, en un mercado informativo  que  tiene diferentes cadenas y empresas de comunicación pero pocos variantes en su programación  y una competitividad que no es   antimonopólica y que sí es  limitada.Más en www.somoselespectador.blogspot.com