El derecho a la información contemplado en el artículo 6 constitucional y la libertad de expresión contemplada en el artículo 7 del mismo ordenamiento, tienen como límite atacar a la moral y la vida privada de las personas en los canales utilizables. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga la no censura e impide coartar la libertad de expresión, sin embargo es categórica en señalar que no tiene más impedimentos que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública; señalamiento que es ignorado y violentado por los Jefes de Información y por aquellos micrófoneros que se dicen reporteros y que son gozosos de ser portadores de la nota rosa y los chismes, lo que les permite ganarse un sueldo, aun siendo unos ignorantes y a base del bajo nivel educativo del público que los atiende. La poca preparación reporteril y periodística así como el no profesionalismo de los involucrados en difundir la noticia de la fuente de espectáculos, incluyendo la sustitución de reporteros gráficos por cargadores que se dicen camarógrafos , han dado nacimiento a lo que muchos llaman sub-rama del periodismo de espectáculos que le llaman "nota del corazón" y de lo cual se han aprovechado comunicadores de escasa preparación formativa, informativa y académica. Los Jefes de información se han convertido en seleccionadores de notas "chayoteadas" y los dueños de los medios de comunicación en inconscientes mercantilistas que son convenientes para cumplir con la política de gobierno, por hundir en la ignorancia a su población. Tales circunstancias forman un campo propicio para los parásitos de la información que utilizan al escándalo como única forma de sobresalr con la complicidad de algunos famosos sin talento y ante el enojo de quienes verdaderamente son artistas y celosos de su vida privada. La bofetada que el actor Eduardo Yañez le plantó a uno de esos mercaderes del chisme, no es justificable por ningun motivo y es una acción de cobardía pero que tampoco excluye de la falta de ética por parte del interrogante. Si bien es cierto la manifestación de ideas no debe ser objeto de ninguna inquisición; también cierto es, que que no se debe ignorar la barrera, que impide atacar la moral, los derechos de terceros, la paz pública y la vida privada. Es importante que el mismo radioescucha, televidente o lector sea capaz de distinguir y seleccionar los verdaderos espacios periodísticos, y no aquellos de comentaristas tirantes, improvisados, poco originales, funestos y que procuran elmal periodismo, y debe separar claramente, el circo mediático -que es en beneficio de quien lo provoca- y el verdadero ejercicio noticioso basado en el derecho a la información. Es importante destacar, que el compromiso del crecimiento de los medios no es responsabilidad absoluta del espectador y de la oferta y la demanda del chisme, cuando no existen opciones para el público, en un mercado informativo que tiene diferentes cadenas y empresas de comunicación pero pocos variantes en su programación y una competitividad que no es antimonopólica y que sí es limitada.Más
en www.somoselespectador.blogspot.com