¿Cómo se sintió
cuando tembló el 19 de septiembre de 1985? Era la pregunta ocurrente cada vez que temblaba, por parte de las
generaciones de mexicanos que no vivieron ese terremoto y que aun eran muy
pequeños. La respuesta se obtuvo de manera vivencial cuando el pasado 19 de
septiembre, ahora del 2017, se repitió otro terremoto en nuestro país con
menores dimensiones de daños y víctimas pero con mayor intensidad en cuanto a la sensación del movimiento. En un ejercicio realizado por
ACTITUD al MOMENTO , confrontamos a la nueva generación con la anterior, en un interrogatorio
respecto al terremoto del 85 que nos dio como resultado un comparativo entre semejanzas y diferencias. La preguntas
y las respuestas fueron las siguientes: -¿Anteriormente se hacían simulacros de
sismos? –No. Aunque existían
antecedentes históricos de
temblores fuertes en la Ciudad de México,
como el temblor de 1911 que derrumbó el Palacio Cívico Central de la capital y el muy recordado temblor de
1957 que tumbó a El Angel de la Independencia y otro que derrumbó una torre de
la Universidad Iberoamericana ; en realidad no existía un manual de protección civil al respecto ni
la alerta sísmica que pudiera regalarnos
instantes de precaución que pueden salvar una vida. Tampoco se daba importancia
al reforzamiento de medidas de
construcción ni era un punto de preocupación para las Empresas y los funcionarios. Fue
a partir del 85 que los temblores se
vieron de otra manera, se modificó el reglamento de construcción más no su
vigilancia estricta debido a la corrupción y que se reflejó claramente con la
caída de algunas construcciones en este temblor del 2017, en donde aparentemente
las edificaciones habían cumplido cabalmente con las normas oficiales
mexicanas. ¿Cómo se comunicaron las
personas con sus familiares después del temblor? Para la mayoría fue imposible
hacerlo. Se interrumpió la energía eléctrica
y la telefonía entró en caos. En el 85 no se contaba con internet ni con teléfonos
celulares, ni con las redes sociales que se dispararon sin descanso en el terremoto 017 en donde se
pudieron apreciar derrumbes e incendios en
tiempo real. Las casetas telefónicas entraron en colapso (aunque posteriormente funcionaron de manera gratuita por muchos años) y en las pocas zonas
que si se contaba con servicio de luz, no había manera de informarse por medio
de la televisión ya que la cadena de cobertura nacional, interrumpió sus trasmisiones al colapsarse sus instalaciones. Por lo que la única
alternativa era la radio que se salió de
su programación habitual para informar el estado de la ciudad y leer largas
listas de reportes en que las personas
anunciaban encontrase a salvo y su sitio de localización. Las noticias
internacionales difundían como noticia, la desaparición de México por el
terremoto. Para saber cómo se encontraba el otro, lo mejor era el traslado físico pero que se veía
interrumpido ante calles cerradas con intenso humo o porque los peatones se detenían en el camino
para sacar a personas entre los escombros si
se topaban con el área afectada, clara diferencia al terremoto 017 en donde
la población civil salió a las calles en busca directa de los posibles
afectados. ¿Cómo reaccionaron los medios de comunicación? La manipulación de los medios informativos en
México es algo más que una tradición, es una política de Estado que ha dado
sustentabilidad a su gobierno, por lo que el 19 de septiembre del
85 no fue la excepción, el Presidente de la República se aisló del problema y
no ordenó la suspensión de garantías, mientras que la radio tomó una fuerza
importante que después ya no abandonaría hasta nuestros días con todo y las
nuevas vías de información. Un año
después del terremoto, México fue un
aparador en el mundo sobre su adelantó
tecnológico en comunicaciones al ser la señal máter del Mundial de Futbol cuya final fue en el Estadio Azteca en lo que fue el evento más visto en la década de los ochentas. ¿Cómo era el humor social? Antes del 85 se podía observar más alegría en
las calles con todo y que México todavía
no salía de la crisis más grave hasta
ese momento en su historia , que fue la devaluación del 82 y la mal llamada: “nacionalización
de la banca” y la eliminación del Dólar por el peso. Durante las primeras horas posteriores al terremoto todo era pánico y
posteriormente se convirtió en un trauma postraumático irreversible que se
contagió a las generaciones venideras que ahora vivieron su propia experiencia
en el 017. ¿ Cómo actuó el crimen
organizado ante el terremoto del 85? La palabra Crimen organizado existía pero casi no era utilizada más que
para señalar a algunos traficantes de Marihuana. En el 85 resurgió la solidaridad entre la población y en ésos años el crimen organizado estaba
más controlado y no se anunciaban sus crímenes en las primeras notas de los
noticiarios. La delincuencia en el
terremoto se hizo notar por aquellos que aprovecharon las casas derrumbadas
para robar o por parte de algunos rescatistas, incluyendo a los malos elementos
del ejército, pero que fueron los
menos. Los edificios de impartición de
justicia estaban inoperantes y derrumbados los edificios del poder judicial. ¿Cualés fueron las necesidades más urgentes que
atender? Lo primordial era el rescate de personas entre los escombros entre los
mismos ciudadanos al verse superadas las unidades de emergencia y obtener agua
para los hospitales y las habitaciones. ¿Qué edificios captaron más la atención? El emblema como en el 2017 fue el Edificio de la Avenida Alvaro Obregón, el multifamiliar de Tlalpan y el Colegio Enrique Rébsamen, en el 85 lo más impactante fue Tlatelolco, El Hospital Juárez, El Hotel Regis, Televisa Chapultepec entre muchos otros. ¿ Cuánto tardó la reconstrucción?
Muchos edificios ya no fueron recuperados, cambió totalmente la fisonomía
de la ciudad llena de recuerdos. Los albergues y damnificados duraron años y en algunos casos hasta
décadas en que las personas vivieron en campamentos , ante un gobierno
verdaderamente corrupto e inoperante y cuyos necesitados eran importantes para
su estrategia electorera. Todo terremoto
genera cambios pero el ocurrido en el 85
dejó secuelas imborrables que hasta
fueron capaces de resurgir en los nuevos terremotos. Así terminaron las preguntas y respuestas de dos
generaciones sobrevivientes que se
asemejan en sufrimientos,
frustraciones y en el fondo hasta en sus sueños que se niegan a derrumbarse, tal y como se ha derrumbado en dos ocasiones, la estampa de la Ciudad de México. Más en www.somoselespectador.blogspot.com