martes, 16 de mayo de 2017

LA TINTA POR LA SANGRE












Las llamadas son cada vez más frecuentes: 
hallaron otro cuerpo, desmembrado
con la ropa hecha jirones, con heridas
 de bala. El teléfono suena de día
, a la medianoche y a la madrugada.
Los colegas se reúnen de inmediato
 para rendirle honores;
 sus fotografías y mensajes 
son un testimonio sombrío de otro
 periodista que murió aquí en el estado
 de Veracruz, al este de México: el lugar 
más peligroso para ejercer el periodismo
 en todo el hemisferio occidental.
“Ya tiene rato que hemos estado
 viviendo en este infierno”, cuenta el
 periodista Octavio Bravo, mientras mira 
fijamente el ataúd de un colega muerto a 
balazos el año pasado. “No te imaginas
 la impotencia, la frustración que sentimos”.
México es uno de los peores países en 
el mundo para ejercer el periodismo. 
En la lista de los lugares 
más mortíferos para ser reportero, México
 está ubicado entre Afganistán, un país 
devastado por la guerra, y Somalia, 
categorizado como Estado fallido. 
El año pasado  asesinados a 
periodistas mexicanos, lograron la  mayor cifra 
durante este siglo.Algunos periodistas 
fueron torturados o asesinados 
a petición de alcaldes; 
otros fueron golpeados en sus redacciones  
por hombres armados bajo órdenes 
de funcionarios locales y policías, que 
habían amenazado con matar a los periodistas
 por sus coberturas.No obstante, de los
 últimos 800 casos graves de acoso, ataques 
u homicidios contra periodistas en los 
últimos seis años, solo han sido emitidas 
dos sentencias por la fiscalía creada 
especialmente para investigar delitos
 contra la libertad de expresión.
El asesinato a comunicadores a punta a
  una cuestión
 política. Los periodistas muertos hacen 
quedar mal al gobierno, pero es peor
 si su muerte se debe a que estaban haciendo 
su trabajo”.
El periodista Jesús Javier Valdez 
Cárdenas, fundador
 del semanario Ríodoce y corresponsal
 del diario La Jornada, fue asesinado 
este mediodía en Culiacán, Sinaloa.
De acuerdo con información de testigos,
 el autor del libro “Narcoperiodismo” 
fue interceptado por un individuo 
armado, quien lo despojó de su vehículo 
Toyota rojo y le disparó en repetidas 
ocasiones.El cadáver de la víctima 
quedó tendido a unos metros del 
semanario donde trabajaba, sobre 
la calle Riva Palacio, entre Juan
 José Ríos y Epitacio Osuna, en la 
colonia Jorge Almada, con disparos 
en la cabeza y cuerpo.El sinaloense
 se convirtió en el sexto
 periodista asesinado 
en lo que va de 2017. El pasado 2 de 
marzo fue ejecutado Cecilio Pined
Brito, periodista independiente en
 Guerrero y colaborador de La Jornada, 
y el 19 del mismo mes, en Veracruz, 
le quitaron la vida al columnista Ricardo 
Monlui, director del diario El Político y 
columnista de temas de la industria 
cañera en el Diario de Xalapa.Cuatro 
días después, el 23 de marzo, 
mataron a Miroslava Breach, reportera
 del periódico La Jornada en la capital
 de Chihuahua. El 14 de abril fue
 asesinado en La Paz, Baja California Sur, 
Maximino Rodríguez, y el 2 de mayo Filiberto
 Álvarez, reportero de una radio de Morelos.
Por otra parte periodistas de Guerrero 
condenaron la retención y asalto 
realizado por un grupo delincuencial 
contra siete periodistas que realizaban
 una cobertura de los narcobloqueos
 registrados en la región de Tierra Caliente.
LAS MUERTES de periodistas
 se dividen entre aquellos,
que tocan los intereses de sus autoridades
jurisdiccioneles y aquellos cuyo contenido, no 
solamente molesta a los gobernantes sino que 
va en contra de la política mediática de 
condicionamiento social.