La posición del gobierno mexicano sobre la crisis venezolana fue contundente al emitir votos porque sean los venezolanos quienes solucionen sus diferencias y se sugiere sea de manera pacífica. aunque también se fijó la postura de la no intervención de asuntos ajenos de los pueblos, tales frases parece únicamente fueron decoraciones y perfume barato, a la carta diplomática de nuestro país, en razón de que en su última parte, solicita elecciones en Venezuela y la moderación de su Presidente Maduro, como si el gobierno mexicano fuera ejemplo de paz, cuando México sufre un grave problema de violencia y en cuanto a sus votaciones, no ha eliminado de las mismas, el fraude electoral y los vicios del consentimiento de sus votantes.