Mucho hemos criticado el abuso e initulidad del periodismo rosa dedicado a las notas del corazón y que violan la intimidad de los personajes públicos en violación al artículo sexto constitucional que limita a la libertad de expresión cuando se ataca a la moral, el derecho de terceros o su vida privada. Sin embargo el caso difundido por el periodista Héctor de Mauleón en donde se menciona una acusación ministerial de dos jóvenes que dicen ser víctimas de Trata de Blanca por parte del cantante finado Joan Sebastian, es una información que rebasa lo privado a lo público y se convierte en interés colectivo, que a pesar del silencio de las televisoras, es importante se llegue al fondo del asunto para poder precisar la culpabilidad o inocencia del imputado con el fin de aclarar porque cuando vivía el cantante, las autoridades no apresuraron las investigaciones , saber si existen más involucrados y quienes son, -ya que se trata de crimen organizado- y si se deben decomisar las propiedades de Sebastian de ser de procedencia ilícita, para que pasen a favor del Estado. Se debe indagar porqué no se dio a conocer tal imputación cuando vivía el cantante y porqué se da a conocer ahora. Aunque las autoridades ministeriales seguramente argumentarán que todo se guardo calladamente por la secrecía que demanda este tipo de investigaciones en apego a su vigilancia y marco legal, seguramente al igual que las otras investigaciones que involucraban a Joan Sebastian o a sus familiares por tráfico de infuencias, homicidios y narcotráfico que nunca prosperaron pero que en cuanto a su manejo, contrastan de la investigación en contra de Kate del Castillo que en conferencia de prensa a nivel nacional, se dio a conocer los indicios que apuntaban a la actriz por supuestos recursos de procedencia ilícita, producto del narcotráfico y de su relación con Joaquín Loera, el tal llamado "Chapo".
