6. México se ha vuelto destino de importantes y numerosas inversiones extranjeras, ya que, la IED ayudo a reorientar económicamente al país. Estas inversiones fueron canalizadas principalmente al sector de exportación manufacturero con alto contenido tecnológico. Las vías de la IED han sido: “la compra para ampliar y modernizar los activos provenientes de la venta de empresas paraestatales, la ampliación y modernización de las empresas extranjeras, la adquisición de empresas mexicanas (tabaco, tequila y parte de las cervecera). La mayor parte de las empresas mexicanas exportadoras establecieron alianzas con empresas transnacionales” (Alba, 2003). De igual forma se dice que debido a las reglas de origen (parte importante del TLCAN) dadas las modificaciones y la eliminación gradual de los aranceles, promueve que las empresas de Estados Unidos y Canadá busquen mayor complementación en el sector industrial mexicano (como lo ha sido en la producción de textiles, en donde los productores no sólo realizan una parte de la producción sino todo el proceso, lo que incrementa su valor agregado).
Sin embargo poco se dice que con el Tratado de Libre Comercio Se dio una disminución de la intervención del Estado Mexicano en la toma de decisiones estrategias, debido a que el TLCAN representa un nuevo marco estructural de políticas que interfieren en la soberanía mexicana. Se eliminaron diversas instituciones sociales, además, muchas regiones y localidades han sufrido problemas de pobreza, marginación y desigualdad, debido a los efectos de las libres fuerzas del mercado y el panorama de la globalización, es decir, se generaron “regiones más rezagadas del país, en educación, infraestructura, instituciones, disponibilidad de crédito” No se generaron todos los niveles de empleo, ni un alto nivel de productividad de muchos sectores productivos, ni tampoco se mejoro -como se planteó- el bienestar socioeconómico como se había esperado en México.
El flujo de inversiones extranjeras (que en su mayoría era de procedencia estadounidense) se ha concentrado en sectores específicos y en las grandes empresas, generando una división regional de desarrollo en México.
Los principales beneficios “han sido aprovechados por las grandes empresas transnacionales y nacionales que están mejor colocadas en el marco de la economía globalizada […] estas empresas son importadoras de insumos industriales, lo cual muestra la dificultad para generar un efecto de arrastre en el resto del sector industrial” (Alba, 2003). Las Micro Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMES) han enfrentado presiones debido a los cambios de las reformas económicas y a la creciente apertura comercial, además, enfrentaron el desplazamiento en el mercado nacional, debido a que muchos productos extranjeros entraron a México con precios por debajo del costo de producción de muchas MiPyMES. Al entrar en territorio mexicano las inversiones de portafolio, “el nuevo modelo americano de regulación ha dejado en condiciones de extrema fragilidad a los sectores financieros y productivo, al agudizar la restricción externa en lugar de disminuirla” (Álvarez y Martínez, 2001)El desmantelamiento de importantes cadenas productivas nacionales (principalmente por el aumento de las importaciones) ha dado paso a la creación de nuevas cadenas donde predominan un pequeño número de empresas de ciertos sectores y en algunas regiones. Se genero una serie de privatizaciones de muchas empresas paraestatales y empresas mexicanas por grandes corporaciones extranjeras, convirtiendo a las privatizaciones en una extensión de monopolios y oligopolios. El TLCAN tuvo un Impacto negativo para el sector agrícola mexicano al ser desplazados muchos productores nacionales por productores extranjeros, además, los precios a los productores nacionales de productos básicos han venido disminuyendo debido a la creciente importación de estos productos. “La tendencia creciente a la especialización en operaciones de ensamble y subensamble, el sacrificio de aspectos productivos claves para la vida de millones de campesinos y el encadenamiento de empresas estratégicas como exportadoras de materias primas refuerzan la noción de que el TLCAN ha ahondado las asimetrías de poder de las cuales partió, exacerbando en el país ya de por sí agudas contradicciones sociales” (Álvarez y Martínez, 2001)