Raúl Castro habló en el
“acto de masas” en la Plaza de la Revolución de La Habana, en la despedida de Fidel Castro tras su muerte. El presidente de Cuba salió al estrado tras el discurso del venezolano Nicolás
Maduro: “Para tranquilidad de todos, soy el último orador”, comenzó con una
broma Castro un discurso que se desarrolló, sin embargo, con gravedad y
dedicado, fundamentalmente, a elogiar el legado de su hermano Fidel. “Consagró
su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución de los humildes, por los
humildes y para los humildes”, afirmó el mandatario. El dirigente glosó
el legado de Fidel con referencias históricas. “Frente a las agresiones
apoyadas por la Organización de Estados Americanos, Fidel proclamó que detrás
de la patria, detrás de la bandera libre, detrás de la revolución redentora,
hay un pueblo digno dispuesto a defender su independencia y el común destino de
América Latina liberada”, dijo Raúl Castro. O: “Aquí [en la misma plaza] con él
se hizo la declaración de Cuba como territorio libre de analfabetismo en
diciembre de 1961”. Y otras referencias variadas al largo periplo que arrancó
con su hermano en los años cincuenta. El presidente de Cuba terminó con un
emocionado saludo a la memoria de Fidel Castro: “Precisamente aquí donde
conmemoramos nuestras victorias, te decimos junto a nuestro abnegado, combativo
y heroico pueblo: ¡Hasta la victoria siempre!”. El
público aplaudió y coreó “Yo soy Fidel, yo soy Fidel”, y “Raúl, amigo, el
pueblo está contigo”. Por su parte el Presidente de Venezuela, Nicolás
Maduro señaló en su discurso: -C uando parecía que las
luces se apagaban en el mundo surgió la fuerza de Bolívar otra vez, 4 de
febrero de 1992, nuestro invicto Comandante Hugo Chávez, y no había terminado
de salir de la cárcel de la dignidad, cuando lo primero que hizo fue preparar
sus maletas y venirse hasta Cuba, 1994, a saludar al Comandante de la dignidad
de América Latina y el Caribe, Fidel Castro (Aplausos). No hubo un día que
desde aquella época la prensa burguesa e imperialista no le dijeran: Fidel, el
abrazo de no sé qué cosa, le decían, y siempre Chávez nos decía: “La señal está
marcada, la Revolución Bolivariana que apenas nace es hermana del alma y de la
historia de la Revolución Cubana.” Así ha sido, así será por ahora y para siempre
por designio de los gigantes que nos fundaron.Hoy
hemos venido en una delegación llena de esa carga, de ese amor, y quiero hablar
en nombre de la voz de millones, está presente en la delegación de la República
Bolivariana de Venezuela, el compañero hermano mayor del Comandante Chávez,
Adán Chávez Frías; sus dos hijas: Rosa, María (Aplausos). Por nuestra Fuerza
Armada Nacional Bolivariana el general en jefe, Vladimir Padrino; la almiranta
en jefa, Carmen Meléndez; el diputado Elías Jaua; el gobernador Tarek; el
embajador Rafael Ramírez; el periodista Ernesto Villegas y Walter Martínez, que
anda por ahí; una delegación cívico-militar y con ese espíritu.Hemos
venido aquí a este lugar sagrado para honrar al eterno joven, al eterno
soñador, al eterno rebelde. De la Patria de Bolívar y de Chávez traigo una voz,
Comandante, una voz que lleva en sí millones de voces para decirle con la mayor
admiración y la mayor gratitud: ¡Comandante, misión cumplida, misión cumplida,
sí, plena y espléndidamente cumplida! (Aplausos.)Hoy
con tu partida, Fidel, con su cambio de paisaje, como dijera nuestro cantor Alí
Primera, puedo comprender cabalmente aquellas palabras que nos dijera a Evo y a
mí el 13 de agosto del año 2015 cuando cumplía 89 años, y en una larga
conversación de pronto nos vio a los ojos con su mirada de águila y nos dijo:
“Maduro, Evo, yo los acompaño hasta los 90 años” (Aplausos). Y yo le dije
sorprendido, porque Fidel todo lo que decía lo cumplía, le dije: “No,
Comandante, no nos puede dejar.” Y él me miró con mirada compasiva como de un
padre a un niño y me dijo: “Ya yo hice lo que tenía que hacer, ahora les toca a
ustedes, Evo, Maduro, a ustedes.” (Aplausos). Contundente, inobjetable. Ahora
nos toca a nosotros y a nosotras. ¡Es así, Fidel! (Aplausos.) Él sobrecumplió
su misión en esta tierra, la sobrecumplió más allá de las expectativas más
grandes que pudiera haber. Pocas vidas han sido tan completas, tan luminosas.
Se va invicto, eso es mejor, como dicen ustedes, no se va, se queda invicto
entre nosotros, absuelto, ¡absolutamente absuelto por la historia grande de la
Patria!.Ahora
también comprendo otras palabras suyas vertidas en una de las tantas lecciones
que hasta ahora no hace mucho nos impartió y que fueron publicadas en el año
2007 bajo el títuloReflexiones del compañero Fidel, y nos
decía, sobre todo a la juventud, a los más jóvenes, a los niños y a las niñas
que ya levantan con su conciencia este tiempo: “De no existir la convicción del
valor de la conciencia y su capacidad de prevalecer sobre los instintos, no se
podría expresar siquiera la esperanza de cambios en cualquier período de la
brevísima historia del hombre.”Fidel
siempre estuvo seguro del valor de su propia conciencia, lo estuvo con
fidelísima convicción para honrar así su propio nombre de pila, de tal
seguridad venían su increíble coraje histórico, su valentía a toda prueba.Quiero
evocar en esta hora una frase de Víctor Hugo a la que tantas veces hizo
referencia nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, cito: “No hay nada más
poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.” En realidad y en
verdad Fidel se hizo una idea invencible a la que le llegó su tiempo y que se
extendió en el tiempo de generación en generación en la Patria grande y en toda
la humanidad .Cuando
digo Fidel, cuánta historia decimos, tantos nombres, tantos hombres, tantas
mujeres, Moncada, Abel, Haydeé, Melba, Raúl, Vilma, Juan Almeida, Granma, Frank, Che,
Camilo, Daniel, Sierra Maestra, Girón, las dos Declaraciones de La Habana, la Crisis
de Octubre, Martí, Martí, Martí, ¡siempre Martí!, y pare usted de contar cuánta
historia y tantos nombres que se agolpan, como vienen en memoria fervorosa de
esta Revolución Cubana y de su líder histórico, de la obra magna de este
inmenso adalid de su tiempo y de los tiempos que vendrán.Cuando
digo Fidel, digo, en letras mayúsculas: REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DEL SIGLO XXI y
digo CHÁVEZ, ¡siempre Hugo Chávez, su amado hijo, su entrañable discípulo! Y
recuerdo las palabras del Apóstol que usted, Comandante Fidel, Comandante del
ALBA encarnó con infinito amor, con infinita generosidad: cuando el Apóstol
visitó Caracas en 1881, no habiéndose secado y limpiado el polvo de los
caminos, se presentó frente a la estatua del Libertado Simón Bolívar en el
centro de Caracas para pronunciar su discurso y siempre recordamos su
sentencia: “Deme Venezuela en qué servirla y ella tiene en mí un hijo”, dijo
José Martí. Sí, Fidel, un hijo de Venezuela (Aplausos), sí, porque siempre
estuvo listo para servirla, para que les llegaran los médicos a los humildes,
para que llegaran los entrenadores deportivos a la juventud para sacarla de las
drogas y la delincuencia; sí, para que llegaran los alfabetizadores a llevar la
educación, la luz, la cultura a nuestro pueblo. Hijo
de Venezuela, Fidel, la gratitud no es tan debida como la admiración, porque
sin el apoyo y la solidaridad de la Revolución Cubana en todos los terrenos, en
los momentos más difíciles del golpe de Estado del año 2002, de los sabotajes
petrolero y la guerra económica del 2003, del intento de intervención por parte
del gobierno de George Bush, de los intentos de asesinato del Comandante
Chávez, sin el apoyo de la Revolución Cubana y sin su ejemplo de lucha y su
inmensa capacidad de solidaridad, hubiese sido sin duda alguna más duro el
camino, más lento el avance de nuestra joven Revolución. Fidel,
el amigo entrañable, delgado, sabía también lo que era estar inmerso en un
mundo de pura adivinación poética, no tiene entonces nada de extraño que la
fecha de su partida, como dijera el presidente Peña Nieto, 25 de noviembre, a
60 años del Granma, no tiene
entonces nada de extraño que la fecha de su partida de este plano terrenal
coincidiera exactamente con la salida del Granma desde el puerto de Tuxpan, México, un
25 de noviembre de 1956, hace 60 años. Allí iban Fidel, Raúl, el Che y Camilo,
y creo, a esta altura de la vida, íbamos todos ya junto con ellos, en sus
sueños. Allí iba Fidel al mando de aquella expedición libertaria que cambió el
rumbo de la historia de Cuba, de la Patria grande y de la humanidad. Esto no es
mera casualidad, creo que es causalidad, como diría ese otro grande de Cuba
llamado José Lezama Lima. Hay
que volver a Tuxpan, hay que volver al Granma,
hay que partir de nuevo, Raúl, a bordo delGranma cada vez que las circunstancias lo
ameriten, cuando los nuevos desafíos y las nuevas batallas por la vida de
nuestros pueblos así lo determinen. ¡Fidel se ha embarcado otra vez en elGranma,
y vuelve, y volverá por todos los caminos convertido en millones de hombres y
mujeres de esta Revolución Cubana que marca el tiempo del futuroPorque hay
muchos aprendices de brujo por ahí, con todo mi respeto por los brujos (Risas),
pronosticando otra vez a Cuba, que si Cuba va para acá, que si Cuba va para
allá. Cuba tiene marcado un destino, una trayectoria histórica, por eso creo
que esa trayectoria histórica, con el símbolo de la partida de Fidel, va a ser
reafirmada y renovada con nuevos bríos y fuerza revolucionaria y socialista,
salida de la profundidad de la ética de un pueblo que ha sabido aprender a
hacer su propia historia (Aplausos). Que los aprendices de brujo se dediquen a
otra cosa”.-
En uso de la voz, el
Presidente de México, Enrique Peña Nieto señaló que el líder
revolucionario es una de las figuras emblemáticas de la segunda mitad de siglo
XX.
Orador número 15, entre los presidentes de Namibia y Nicaragua, el
mandatario mexicano evocó la ocasión cuando, dijo, tuvo el honor de conocerlo
en enero de 2014.
Se trató, evocó Peña, de un encuentro emotivo donde el líder
socialista refrendó su afecto por México y los mexicanos.
A partir de esa fecha -cuando además cumplió una visita oficial a
la isla- entre los dos países se ha construido una amplia y moderna agenda que
se consolidó con la visita a México en noviembre de 2016.
"Y habremos de continuará basados en nuestros vínculos de
amistad" , dijo Peña ante una Plaza de la Revolución repleta.
Frente a dignatarios extranjeros y la dirigencia política de Cuba,
Peña Nieto también evocó la gesta revolucionaria de Castro Ruz que inició en
México y su partida del puerto de Tuxpan en 1956 a bordo del Granma.
"La misión que se trazaron era construir un nuevo gobierno al
servicio del pueblo y guiados por ideales de libertad, justicia e igualdad.
Desde entonces, Cuba y su pueblo han dado ejemplo de dignidad y
perseverancia" , señaló Peña Nieto. También en la decena
de líderes latinoamericanos otros Jefes
de Estado de varios países del mundo pronunciaron sendos discursos para el
líder de la Revolución Cubana, como lo fueron
Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Juan Carlos
Varela de panamá, el Primer Ministro de
Grecia Alexis Tsipras y Jacob Zuma de Sudáfrica. El gran ausente fie el
presidente de Colombia Juan Manuel Santos quien sólo mediante una carta en
donde escribió:"Lamentamos la muerte de Fidel Castro. Acompañamos a su
hermano Raúl y a su familia en este momento. Nuestra solidaridad con el pueblo
cubano". La presencia inesperada en la isla fue el duelo del Rey Juan Carlos de España quien no pasó al desfile
de oratoria. La decisión de enviar al padre del Rey tiene
una trascendencia política, pues don Juan Carlos será la personalidad española
más relevante que pisa Cuba desde hace 18 años. En los últimos años, España se ha
quedado rezagada en comparación con otros países europeos, e incluso con
Estados Unidos, en las visitas de alto nivel a La Habana y ahora podría
recuperar terreno. La pPlaza de la República registró un lleno como
nunca antes y dibujó una estampa masiva que pocas veces se aprecia en el mundo
y mucho menos en un adiós a un
exgobernante. Más en www.somoselespectador.blogspot.com