domingo, 3 de abril de 2022

LOPEZ OBRADOR Y LA HERRAMIENTA PARA DESPRECIAR A UN PRESIDENTE

 

























































Los intentos de llegar a la Presidencia de la República que le fueron impedidos por el fraude elector a  Andrés Manuel López Obrador, iba acrecentando su figura de lo que podría ser un buen gobernante, por lo que existía la opinión de que le convenía mejor no llegar al mandato constitucional y guardar el recuerdo de su excelente desempeño como Gobernador de la CDMX y dejar en el mito, lo que México hubiera podido lograr de haber tomado presidencia,  y así ser parte de un mito que inmortaliza hasta a los malos políticos como  Luis Donaldo Colosio. Sin embargo, lo que en verdad sucedió es que López, sí llegó a la Presidencia de la república y su figura política no solamente se conservó intacta sino que ha  aumentado, y se ha mantenido desde que llegó a la Presidencia de la República en un 60 por ciento de aprobación, según dicen los menos optimistas. La calumnia como plan de ataque en su contra, al igual que generar confusión, así como la  guerra sucia, el latigazo mediático y político, los grupos de resistencia, la debilitada oposición insultante y todo lo que implica la direccional social conducida; se han topado con un hombre cuyo espionaje partidista, internacional y del propio Estado mexicano,  no le han comprobado actos de corrupción, y sí  le han dado la calidad moral de salir victorioso, de organizar un gobierno integrado por  algunos honestos y  otros que no han dejado de ser corruptos  pero que se han tenido que adecuar por conveniencia personal  a un plan competente  que ha podido solucionar problemáticas económicas ante un país administrativamente arruinado, natural y económicamente saqueado, culturalmente pisoteado, educacionalmente controlado y socialmente desvalorizado, cuya revolución de gobierno aunque no política se ha dado en el sexenio lópezobradorista, cumpliendo con su política, sus promesas y alcanzando retos inimaginados como lo fue  planear  y ejecutar  el sistema de vacunación más grande y efectivo en la historia de México y enfrentar una de las pandemias más mortales para la humanidad como lo fue el coronavirus. Construir  y habilitar refinerías, sacar del desperdicio al sistema de ferrocarriles nacionales, rescatar el sistema energético nacional sin privatizarlo,estructurar programas culturales, deportivos y  sociales sin intermediarios y sin deuda pública, así como el control de la inflación, el no endeudamiento y actualizar las leyes al servicio del poder, incluyendo la eliminación de los privilegios presidenciales y fomentar  la herramienta de la consulta pública que para un mandatario sin autoestima sería un suicidio político; son las acciones de gobierno inéditas que ha realizado López Obrador bajo una operación que aveces parece lenta pero  que es quirúrgica para evitar los brotes de enfrentamiento violento y desestabilidad del país. Desde actos anecdóticos como rifar y sacarle provecho al millonario   avión presidencial adquirido en otros sexenios  con lo cuals e han recabado fondos para el  gobierno mexicano,  hasta la recuperación de la dignidad nacional con una adecuada política internacional,  son los pasos agigantados y sin puntos de comparación, entre el gobierno que encabeza Andres Manuel López Obrador y el pillaje de sus antecesores o el gobierno que pretende el antiprogresismo.  Como si el gobierno Lópezobradorista estuviera cumpliendo demandas  de una canción de protesta de Serrat, de Silvio Rodríguez o de Óscar Chavez, ha sido su proceder social,en donde solamente  han quedado pendientes dentro de sus promesas, el esclarecimiento de los desaparecidos de Ayotzinapa y descentralizar al gobierno federal, aunque también es importante, bajar los índices de violencia en México, aunque resulte conveniente en todos aspectos, que no se reconozca  el terrorismo, ya que el propio López Obrador lo ha señalado de manera autocrítica, que sí no se controla la violencia en el país no habrá la pretenciosa "Cuarta Transformación". México ha sufrido saqueos y derrotas morales importantes, así como atrasos educacionales cuyo único sustento se ha basado en su riqueza cultural y natural, ante la ruina económica y abuso institucionalizado. Después del control mediático y hacer de la corrupción un ejercicio habitual, es lógico que el pueblo tenga como inercia mental de quejarse del gobierno como lo hacía desde mucho  antes de las películas de Joaquín Pardave, al igual de  esperanzarse en que es el gobierno quien debe resolver todo como si se tratara de un unielemento en la composición del Estado, y   así, mal considerar que el voto es la única obligación ciudadana y póliza  para mostrar un malestar en el aumento de precios de la gasolina, el aguacate o el limón o la situación del peso frente al dólar, aunque en lo que va del sexenio no haya ni gasolinazo ni devaluación y el subir de los precios sea tan constante como su bajar. Pero independientemente de las voces que se hacen escuchar y que antes estaban mudas por el monopolio informativo y la falta de facilidades tecnológicas, al mexicano nadie lo puede engañar mientras tenga a su bolsillo como asesor, aunque tristemente sea una acción superficial y vulgar, pero que también en el fondo es un reflejo real de la razón de ser del Estado y de un buen gobierno,  cuyo objetivo es bienestar y seguridad. Y es claro que hasta los ciegos mentales que con el tiempo su olfato  se los indicará, estamos frente a un gobierno que va de lo aceptable a lo sobresaliente, que no es contradictorio ante sus objetivos planeados y ante nuevos objetivos que surgen en el camino,  ésto, partiendo de su momento histórico,  y  en contraste a  una  administración pública creada  en el pasado para el debacle. México está viviendo una etapa de buen gobierno pero con un destino todavía incierto, y la razón principal, es que el destino de un país lo propone, induce y hasta impone un gobierno, pero quienes los acepta y define, finalmente  son los pueblos, pero no con el depositar una papeleta en una urna, sino con su comportamiento consciente y cotidiano. Más www.somoselespectador.blogspot.com