miércoles, 19 de enero de 2022

LO ESCAMOSO DE LA TELEVISION

 



















































Nunca antes en la historia reciente de la humanidad, las personas se han mantenido tanto tiempo en casa frente a un televisor y que este haya estado apagado, como está ocurriendo en la pandemia con que han iniciado las primeras décadas de este siglo, lo que debería haber representado una inigualable oportunidad para que la televisión mexicana pudiera ganar el terreno perdido ante el internet pero no fue así.  Los desprotegidos  que no cuentan con internet o recursos para  disponer de crédito telefónico portátil,  son los damnificados de seguir los canales privados y públicos de televisión. Y no es que el contenido televisivo  en su origen haya sido una maravilla de la comunicación y el entretenimiento, pero al menos  sus realizadores tenían mayor creatividad  aunque no se separarán del control mediático como funcionalidad masiva. Entre los espacios informativos con desinformantes, telenovelas dignas para quien tiene poco nivel de procesamiento mental  y la eliminación de programas musicales por programas de lectores de chisme, es que  la televisión quizá no esté viviendo sus últimos minutos de vida  pero si su peor decadencia, en donde pasó de ser una fórmula de  unión familiar y enajenación masiva, a estorbo del progreso de contenido electrónico y ya de su lugar en el progresismo  político, mejor ni hablamos.  Aunque  en los años ochentas la televisión no fue privativa del deterioro de la valorización colectiva, por lo menos se rescataban   modelos de programación que tanto cautivaron en los setentas cuando la TV tomó su propia dirección a la que tenía la radio. En este siglo pocas generaciones tendrán  en  su  memoria colectiva, la retención nostálgica de un programa de televisión actual, debido a la no atadura  que se tiene  sobre los horarios de transmisiones , en donde el televidente puede contratar preprogramadores de paga o realizar búsquedas en internet sobre programas pasados,  y debido también y sin duda , a la falta de interés en la programación televisiva. Pocos programas tienen  escritores de calidad, cuya materia prima es más importante   que  la de los  productores, pero que en la estrategia  que toman las empresas televisivas, resulta al revés, ante la mafia que en éstas se ha tejido, en donde lo que importa es la paga y el influyentismo pero  no el amor por el producto, situación que a falta de competencia de opciones más no de canales, les resulta cómodo y no apremiante seguir  con esa dirección confortable.  Programas de baja calidad  intelectual con el pretexto de que la televisión es informativa y no formativa ni en los países de menor desarrollo educacional, como lo son: "vecinos", "Nosotros los Guapos", "Amor Mío" y "La familia Peluche", pero de las pocas realizaciones con buenos escritores, serán las migajas del recuerdo de una televisión mexicana, atropellada por realizaciones latinoamericanas de mayor calidad y menos presupuesto como "Bety La Fea" o " "Pedro El Escamoso" que se realizaron hace más de veinte años, que no han podido ser igualadas por la televisión de México y que  tanto se repiten en los canales de nuestro país.Más en www.somoselespectador.blogspot.com