domingo, 26 de mayo de 2024

¿QUIEN ES ACTUALMENTE LA NOVIA DE MEXICO?

 












ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-Claudia Sheinbaum Pardo es aquella mujer que tiene encantado a su amante que no le quita la mirada. Aunque pasen otras mujeres que se arreglan y se ponen las mejores prendas para llamar la atención de su caballero, al final su enamorado no tendrá más ojos que para ella. Independientemente de que Sheinbaum es la política con mayores atributos para continuar el movimiento lópezobradorista y concretar el plan partidista de MORENA, así como para defender el modelo de recuperación social, lo que significa que la persona de  Claudia no es el movimiento sino la abanderada al movimiento, ya marca una situación diferente a lo que ocurrió en el 2018 con la recuperación de la presidencia por la  izquierda, en donde Andrés Manuel López Obrador no sólo era parte de un movimiento, sino que él era la pieza total del movimiento, aunque apoyado por miles de votantes y de activistas, y hasta de adjuntos oportunistas y convenencieros. López concretó una lucha contraneoliberalista que  en un principio era tan tibia como Cuauhtémoc Cárdenas cuando se le nombraba “el líder moral de la izquierda” antes de  firmar negociaciones con Salinas,  corromperse al mando de la jefatura del entonces Distrito Federal y de ser un busca chambas  durante el sexenio de Vicente Fox. Con el nacimiento del PRD que financiado por el gobierno en el poder de pronto demandó su emancipación y  aquel  movimiento estudiantil que culminó con una matanza de estado en 1968 por la rebeldía desordenada e influenciada por los movimientos socialistas pero sin estructuras consolidadas en México, es que desde entonces no había existido un movimiento tan profundo y efectivo como el lópezobradorismo, que fue madurando después de dos fraudes electorales y la batalla de poder a poder cuando López Obrador era Jefe de Gobierno y enfrentó al mandato  foxista como si fuera militante partidista en vez de funcionario público, aún con la dependencia pública  a su cargo  y con  determinaciones legales que limitaban a otras facultades que correspondían al titular del ejecutivo federal sobre determinaciones para la CDMX, y que bajo esas condiciones de rebeldía y experiencias de  frustraciones electoreras,  el movimiento democrático fue adquiriendo  el plan maestro para que utilizando las propias reglas  electorales, se pudiera lograr la presidencia a cargo de López, y también una vez obtenida, el responsable de la misma tuviera un plan concreto de qué hacer y como hacerlo, lo que trajo el éxito electoral y el éxito de gobierno que es la consecuencia  de que los votantes busquen la continuidad de ese plan por medio de un noviazgo con  Claudia Sheinbaum, quien ha sido elegida por López Obrador. Por eso cuando los adversarios pripanistas tratan de humillar a la candidata de MORENA, señalando que quien dará la  órdenes en el próximo sexenio será Andrés Manuel López Obrador, tales  acusaciones torpes en vez de debilitar a la candidata morenista, la fortalecen por quienes quieren que la mano lópezobradorista siga gobernando o por lo menos estructurando un proceso de cambio profundo en la vida pública  y social del país. que   de no ser por la ideas democráticas y estratégicas  del actual Presidente, hubiera podido buscar una reforma reeleccionista  c con un apoyo mayoritario por parte del pueblo de México, sin  considerar lo insano que pudo ser dicho acto. Ahora la idea repetitoria  de gobierno  y del plan lópezobradorista,  se nota en  las calles que están ganadas para que MORENA mantenga la Presidencia, tan ganadas que se anuncia  con claridad, la victoria de Claudia Sheinbaum, para que en semanas se convierta en la primera mujer presidente de México. El apoyo al Lópezobradorismo que para los que  no les conviene el progreso de la nación, han descrito de fanatismo y le ponen una etiqueta fantasiosa de dictadura e imposición comunista, no es más que una reacción natural ante una idea primitiva de mantener el  presidencialismo empresarial abusivo del pasado, que rebasó la operación corruptiva  pero que no logra su recuperación ni desvanecer el movimiento lópezobradorista,  ni con la guerra sucia, ni con  el direccionismo mediático, ni ante las intenciones de convencimiento sofista o los descalificativos espejo de quienes los emiten y que solo intentan,   el regreso de un pasado oscuro e  indefendible. Hoy la mexicana Claudia Sheinbaum es más novia de México que la propia  estadounidense Angelica María de los años sesentas, porque en vez de llegar a una casa disquera, llegará al altar este 2 de Junio, bajo la ceremonia de una boda que fue inteligentemente negociada con algunos villanos para asegurar lo que se logró de la misma forma   en el 2018,  sin que haya contratiempos en una boda que es la consolidación de uno de los  liderazgos más importantes de América Latina y de la historia del México contemporáneo,   bajo  la capacidad intelectual, calculadora  y  la solvencia moral de Andrés Manuel López Obrador, y la cada vez mayor intención de concretar  un nuevo estilo de política que se enloda ante un sistema político y educativo,  orientado  bajo un plan de control del anterior régimen,  para  establecer con firmeza  al individualismo y a la corrupción. Los resultados sorprendentes del Presidente en su sexenio, su cumplimiento a casi todas sus promesas de campaña, sus planteamientos morales y económicos, su revolución presidencialista con un  firme  modelo social  y moral, concretan la victoria de Sheinbaum, ante sus contrincantes cegados por la podredumbre  que les impidió ser competitivos y que les impide reconocer su fracaso, que ahora disimulan aún con las notorias heridas y que  seguramente  querrán judicializar . La última concretización  del Lópezobradorismo  que formó un partido y lo llevó a ser la primera fuerza política en tan solo ocho años, ahora será  volver a repetir la victoria electoral en la presidencia de la República en lo que  tratará de ser, la continuación de la regeneración del país, pero que  de ahora en adelante, la guerra será  partidista, y ya no la idealista del lópezobradorismo, aunque inspirada en esa fórmula que regaló los llamados “momentos estelares” para un país cuyas generaciones crecieron, maduraron o envejecieron con la palabra transexenal de “crisis”.  Los movimientos de un país la arman los económicamente poderosos para ayudar primero a los pobres,  y el lópezobradorismo no ha sido la excepción, aunque  tampoco ha alcanzado honrar  la premisa de que los cambios profundos no lo hacen los dirigentes ni los gobernantes, sino que los hacen los pueblos. Pero mientras tanto, brindemos por la recuperación de la salud democrática, alcemos para pedir elecciones exitosas y pacíficas  y…¡qué vivan los novios!. Más en www.somoselespectador.blogspot.com