ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-Mientras el Presidente de los Estados Unidos Joe Biden, recibió a la Primera Dama de México, Beatriz Gutiérrez Müller sin parar de atenciones en el festejo por el 5 de mayo en la Casa Blanca en donde diversos artistas latinos han saltado de alegría de asistir a Washington en anteriores sexenios, por su parte el presidente de México quien mandó a su esposa a Estados Unidos a atender el festín, mostró no tener tiempo ni querer ajustar su agenda para ir a EUA y luego a su gira por Centroamérica, por lo que López Obrador le dio preferencia a los vecinos del sur, incluyendo a la bloqueada Cuba. Biden con el plato y la silla del comedor vacía por la no asistencia del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador ha dicho que el gobierno de Estados Unidos no dicta lo que ocurre en otras partes del continente, aunque de manera prepotente dijo que está pasando mucho tiempo “hablando y tratando” en lo que se refiere a la política del Presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien calificó de “dictador”. Hace dos días el Presidente mexicano había señalado que para La Cumbre de Las Américas que se celebrará en el territorio de Biden, tenían que ser invitados tanto Cuba como Venezuela.Mientras tanto frente a la esposa del Presidente de México, Biden expresó que la política es personal, por lo que celebró que se siga conformando una sólida amistad entre México y los Estados Unidos: “Nuestra relación con México es especial”, dijo. Ya en la vía telefónica López Obrador le señaló a Biden que se respete a los mexicanos migrantes, a los migrantes en general y que se respete a México y recordó que la comunidad mexicana en Estados Unidos la forman 38 millones de personas, lo que representa la agrupación extranjera más numerosa en Estados Unidos, incluyendo a los puertorriqueños y a los cubanos. Mientras se abrían las bolsas de confeti por la celebración del uno de mayo en la casa presidencial de los Estados Unidos, el Presidente mexicano de izquierda, quien sí llegó a Guatemala, señalaba “Como ustedes saben, tras un periodo oscuro y decadente en el que México se ausentó de América Latina, hoy el gobierno que presido tiene la convicción y el propósito de participar en la construcción de un futuro común para nuestra región, en pleno respeto a las soberanías y a las características propias de cada pueblo y de cada país. La raíz común de los principales problemas que nos aquejan es la misma: la pobreza, la desigualdad, la postración del campo, la desintegración social, la marginación y la negación histórica de derechos efectivos para las mayorías. Esas son las circunstancias que dan origen a la migración y a la delincuencia, a las adicciones y a la violencia. Sin afán de imponer soluciones ni de intervenir en asuntos internos, como ya lo he mencionado, hemos dispuesto ayudar a los países, a las naciones más cercanas, más entrañables en lo cultural, en lo geográfico, en lo histórico y, repito, en lo afectivo. La fórmula que estamos aplicando en México para reactivar el campo, cuidar la naturaleza, crear empleos, rescatar a los jóvenes de la marginación laboral y educativa y crear, en fin, las condiciones de bienestar que demandan y merecen las mayorías de esta Mesoamérica contemporánea”. Con una digna representación de la nación mexicana, aunque el Presidente López Obrador no menciona el sometimiento imperialista estadounidense, en casi todo el mundo, si defiende la soberanía de México, dentro del pequeño margen que le han dejado sus antecesores entreguistas y sobajados, y que nunca se comportaron como presidentes de un país independiente que no estaba en vendimia, situación que en cambio sí se puede permitir un Presidente que llegó por la vía democrática, sin oscuridades de compromisos en el camino y que cuenta con la aceptación de un alto porcentaje de mexicanos, lo que por lo menos dos generaciones de mexicanos nunca habían vivido. Más en www.somoselespectador.blogspot.com