Hasta aquellos que tienen argumentos artísticos para demostrarlos, desesperados por una prensa repugnante, han tenido que caer en el juego del escándalo o de la nota amarillista para dar a conocer a cuenta gotas su propuesta, tal es el caso de figuras como María León y Yuri que con dolo trataron de difundir que tenían diferencias entre ellas para promover su dueto musical "Te Quedas sin Mí", o el caso de Belinda y Christian Nodal que aprovechan el anunció de su supuesta terminación de su noviazgo a horas de celebrarse en México, el día del amor y la amistad, para su provecho. Los medios de comunicación direccionados para establecer una forma de conducta de los receptores y su permanente ignorancia, son capaces de formar figuras respetables y hasta supuestas "inmortales" del espectáculo, como el caso de Jenni Rivera que ocultaba su falta de éxitos originales y abuso de covers, con sus escándalos, pero que en la actualidad los medios la recuerdan más que a Rocío Dúrcal, o la misma Carmen Salinas que sabía la forma material de atraer a los reporteros cuando sus proyectos actorales daban mucho que desear, y aunque muchos querían que fuera homenajeada en Bellas Artes, se terminó haciéndo su homenaje a plenas calles de Sullivan. La corrupción colgada cual premio honorífico en las oficinas de los jefes de información, el deterioro de los genios de la mercadotecnia y la ignorancia de una gran parte del público domesticado al sistematismo del chisme y el apunte intrascendente, hacen carreras artísticas indeseables, y que hasta los talentosos puedan caer en la tentación de la publicidad de baratija. De ahí la grandeza de figuras como Manoella Torres que con 50 años de trayectoria artística y que con zapatillas de oro, no ha pisado el excremento resbaladizo. Más en www.somoselespectador.blogspot.com