Quizá Rafael Loret de Mola sea peor que su hijo Carlos, ya que el segundo, por lo menos siempre abanderó al periodismo servil al sistema saqueador presidencialista, mientras que Rafael siempre disimuló ser un periodista independiente cuando en verdad no lo era. Rafael quiso mostrar valentía, al ser el primero en señalar la mafia de gobernadores que tenían algunos Estados del País, cuando él precisamente sabia, que estaba por presentarse un destape de corruptelas de mandatarios locales para disimular una limpia interna por parte del PAN y del PRI, y que se quería que el Gobernador de Veracruz fuera una pieza clave, para desprestigiar con calumnias al entonces candidato y hoy Presidente, Andrés Manuel López Obrador, que finalmente tal plan fue abortado. Ahora que se acabó el disimulo periodístico y que el público no tolera a lectores de noticias vendidos como Carlos Loret de Mola y dobles caras como Rafael, es cuando no pueden sostener una audiencia suficiente para mantenerse en un medio de comunicación, y cobardemente advierten una persecución de Estado, cuando son ellos quienes se han aprovechado del periodismo a favor del anterior gobierno saqueador y el imperio empresarial con control mediático.