La legitimidad de la presidencia
de Andrés Manuel López Obrador, se basa
en un principio democrático y no en el fraude electoral como en el caso de
Calderón y Peña, ni de la ayuda viciosa de los poderes factos, ni de la
negociación partidista o electorera; por tal razón, no es entendible que el
presidente más aceptado de los últimos años de la historia de México, no haya
realizado los procesos necesarios para acudir al Congreso a rendir su primer
Informe de Gobierno, ante legisladores que simpatizan o por lo menos han
aceptado la austeridad republicana y ante aquellos otros ilegítimos, que luchan
por recuperar el poder saqueador empresarial,
y sus beneficios políticos y económicos personales y no basados en un proyecto de nación. El
informe presidencial que era llamado “el Día del Presidente”, en donde todos
los sectores y todos los poderes le rendían
honores al titular ejecutivo con
aplausos de diez minutos de duración, transmisiones en cadena nacional desde
las primeras horas de la mañana hasta el atardecer, entrevista a su familia con
Lolita Ayala, y un
desfile de "lamehuevos", como ocurrió
en su máxima expresión con Díaz Ordaz, Luis Echeverria y López Portillo,
pasó al reclamo frontal con Miguel de la Madrid, y principalmente con Salinas
de Gortari; y que terminó en la cobardía de Fox, Calderón y Peña de entregar su
discurso de labores por Oficialia de Partes, sin pisar la tribuna del Congreso.
Aunque el actual presidente se enfrenta
cada mañana de cara a la nación,
ante los verdaderos oradores del sistema abusivo empresarial
que son los medios de comunicación controlados, también era pertinente que el presidente con
su indiscutible legitimidad, acudiera a rendir su Informe de Primer año de
Gobierno ante el Congreso de la Unión,
y no en patios diferentes como
acostumbraban sus últimos antecesores que buscaban el aplauso de interesados y comprometidos “amigos”. Por lo
que hoy que el titular del Poder
Ejecutivo ha rebasado a cualquier poder
que envuelve a nuestro país, y
que ha dado un paso atrás al nefasto neoliberalismo, es cuando debería regresar
al mensaje de los tres poderes. Por muy Palacio Nacional que
sea; el Informe Presidencial debe regresar
a la Cámara, cuanto antes posible, para restablecer el hilo político
democrático, aunque el electoral, esta vez no haya sido violado.