Ante los destrozos y enfrentamientos callejeros por parte de un grupo de manifestantes femeninas en mayor número, con objetivos provocadores y de dominio mediático; -ya habíamos advertido anteriormente, en una emisión de televisión en la que participamos-, la importancia de luchar por la libertad , igualdad, seguridad y crecimiento humano con estrategias unidas en beneficio de mujeres y hombres de una manera respetuosa y conjunta, y no como nos lo han querido imponer, en el mal entendido, de que las luchas sociales deben ser en diferentes "paqueterías" para fomentar perversamente; lo que precisamente se ataca, que es la no distinción legal y social de sexos. Es claro que existe un plan desestabilizador disfrazado con la bandera de la defensa a la mujer con el fin de seguirla sometiendo, al diferenciarla y victimizarla de manera constante como se ha venido presentando históricamente en beneficio de fines diversos, en donde no se puede descartar, el imperio empresarial y sus estereotipos de conveniencia comercial y de desorganización de los Estados. De ello se deriva, múltiples asociaciones en defensa de la mujer y no del hombre; Institutos estatales de la mujer y no del hombre, el término criminal de feminicidio y la no existencia del término masculinicidio, así como la distorsión absurda del lenguaje de decir juezas, presidentas en vez de las jueces y las presidentes, y en cambio no modificar palabras como policías por polícíos. Mientras tanto no existen medidas educacionales de fondo en procuración de la igualdad de sexos ante la ley y la conducta colectiva, sino por el contrario, se apuesta a la división y manipulación mediática de un mundo contradictoriamente, maternalista pero machista y con abanderamientos ciegos como aquel movimiento de " La libertad sexual" que tanto emocionó a las mujeres del mundo en el siglo pasado, y que las terminó encadenándolas a la industria farmacéutica de los anticonceptivos, sin que hasta ahora se hayan producido pastillas de no concepción masculinas y que al no fabricarlas hacen que liberen al hombre de sus responsabilidades reproductivas, por el simple uso del condón. El pretexto de la lucha por el ataque misógino es la mejor manera de eclipsar la impunidad, la defensa de políticas empresariales en vez de las sociales y el saqueo orquestado a los países del tercer mundo con la doble moralidad de la defensa de la mujer.