viernes, 10 de septiembre de 2021

EL PRIISMO UNA TRAGEDIA QUE SIGUE COSTANDO VIDAS

























ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-La escuela priísta del valemadrismo, contrasta entre la actitud y presencia de la Jefe de Gobierno  Claudia Sheinbaum en el lugar de la tragedia  a instantes de los accidentes y la actitud soberana de Alfredo del Mazo III que todo lo arregla desde su celular y por medio de sus informantes,  a diferencia de cuando el gobernador del Estado de México era candidato y por cazar votos se ensuciaba  el saco de su traje y tenía que bañarse de pueblo, como lo hacían con el mismo fin su abuelo y padre, expertos en el engaño clientelar. Alfredo III nos recordó la ineptitud de Miguel de la Madrid y de Ramón Aguirre Velázquez quienes  salieron hasta un par de días después del terremoto del 85, en donde incluso en la primera semana, no querían aceptar ayuda internacional. Ahora las tragedias ocurridas en Chalco, Ecatepec y en Tlalnepantla por las inundaciones y por el derrumbe de parte del cerro  del Chiquihuite,  no solamente han reflejado la ineptitud del gobernador -ahora priprdpanista- del Estado de México, sino la estrategia perversa del priísmo, que  establecía  colonias  en zonas de alto riesgo a cambio de casas de interés social o de construcciones irregulares,  con las que se ganarían el clientelismo partidista y un gran negocio con las fallas y tragedias que estas representarían a  corto y largo plazo para intercambiar más votos por tapar los hoyos del problema en cada sexenio. La resistencia a una nueva etapa de gobierno por aquellos que ni siquiera son favorecidos por los saqueos empresariales y de exfuncionarios del gobierno, se derivan a esa dependencia, en donde el PRI-Gobierno les hacía creer  que estaban  protegidos, con la paz social garantizada y  cumplir con sus deseos  clasistas, y la tolerancia corrupta bajo el principio   de "que roben pero no tanto y dejen robar", y que hacían creer a sus electores manipulados, que ascendían de clase social, al grado que los enterrados en la clase mediera sin escalas y que vivían en la zona de Aragón, ya pensaban ser ricachones de zona residencial,  aunque con fallas en el drenaje,  con un metro subsidiado por la CDMX y sin agua para bañarse.Más en www.somoselespectador.blogspot.com