jueves, 14 de diciembre de 2017

EL ACOSO SEXUAL DE MODA EN LOS ESTADOS UNIDOS












Brotan los casos de abuso y acoso sexual de famosos en los Estados Unidos, en donde les ha costado a famosos, tener ruina y desistimiento de importantes proyectos. Aunque el problema no es menor ni justificable, se dice, que los casos se exhiben escandalosamente para presionar a los juzgadores y autoridades estadounidenses, a atender el caso de  abuso por parte del Presidente Trump que es señalado por diferentes mujeres a quien el mandatario norteamericano, dice ni conocer. A la galería de denuncias mediáticas y no ministeriales, se une la actriz mexicana Salma Hayek,  quien imputó acoso por parte de  el productor Weinstein,  en una relación laboral de hace años, en donde salma señala  que hizo de su vida un calvario, tratando de obtener favores sexuales a cambio de su implicación en el proyecto. El día a día de Hayek consistía en “decir no”. “No a abrirle la puerta a todas las horas de la noche, en un hotel tras otro, en una localización tras otra, donde se presentaba de repente, incluyendo una localización donde yo estaba haciendo una película en la que él ni siquiera participaba”.“No a ducharme con él”, continúa Hayek, “no a mirarle mientras se duchaba, no a dejarle darme un masaje, no a dejar que una amiga suya desnuda me diera un masaje, no a dejarle que me hiciera sexo oral, no a desnudarme con otra mujer”. La actriz asegura que “con cada rechazo llegaba la ira maquiavélica de Harvey”. En una ocasión, el productor llegó a decirle: “Te mataré, no creas que no soy capaz”.Weinstein trató de desvincularse del proyecto cuando llegó a la conclusión de que no llegaría a nada con Hayek, relata la actriz, que logró mantener Frida en pie gracias a sus abogados, reunir dinero por su cuenta y reclutar actores de primer nivel sin ayuda del productor. Cuando Weinstein se vio atado al proyecto, el acoso pasó a la propia película.El productor pidió que el personaje de Frida Khalo fuera más sexy. En un momento dado, exigió que hubiera una escena de sexo lésbico en el que se viera a las actrices completamente desnudas. La directora, Julie Taymor, le convenció de que fuera una escena de un tango entre el personaje de Hayek y el que interpretaba Ashley Judd, que acabaría en un beso entre ambas. “Para entonces, tenía claro que [Weinstein] no me dejaría acabar la película sin obtener su fantasía, de una forma o de otra”, escribe Hayek.El día que rodaban esa escena, la actriz sufrió un ataque de ansiedad. Hayek se echó a llorar y acabó vomitando ante el asombro de todo el equipo, que desconocía el contexto en el que se había incluido esa escena lésbica en la película.Finalmente, con la película terminada, Weinstein siguió torturando a la actriz por haberse negado a sus exigencias sexuales, según esta. Después de ver un montaje preliminar, decidió que no era lo bastante buena para estrenarla en salas y que la iba a mandar directamente al mercado de vídeo. La directora fue la que peleó para conseguir que se estrenara en un solo cine en Nueva York y probarla con público. La respuesta del test fue muy buena. Según Hayek, “en la entrada del cine después de un pase, gritó a Julie”. Le tiró a la cara una de las tarjetas en las que el público del test escribe sus impresiones. “Su compañero, el compositor Elliot Goldenthal, intervino y Harvey le amenazó físicamente”.Finalmente, la película se estrenó, fue un éxito de crítica y le valió a Weinstein seis nominaciones al Oscar, de los que ganó dos. Salma Hayek termina su relato con una reflexión. “¿Por qué tantas de nosotras, artistas mujeres, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias cuando tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener la dignidad? Creo que es porque, como mujeres, hemos sido devaluadas artísticamente hasta un nivel de indecencia, hasta el punto de que la industria del cine ha dejado de esforzarse por averiguar qué quiere ver el público femenino y qué historias queremos contar”.Después de las acusaciones a principios de octubre, Weinstein fue despedido de su propia empresa, The Weinstein Company, que ahora busca comprador. También fue expulsado de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood y del Sindicato de Productores. Las acusaciones contra él se cuentan por decenas y se remontan hasta hace 40 años. A través de portavoces, ha asegurado que él piensa que todas sus relaciones fueron consentidas y niega las acusaciones de violación. Actualmente, los medios especializados en famosos aseguran que se encuentra en un centro de rehabilitación especializado en adicción al sexo cerca de Phoenix, Arizona.  Salma  desde que debutó como actriz en México, con la telenovela Teresa, cuando nadie la conocía, se rumoraba en los pasillos de la televisora, que sería una actriz de grandes vuelos ya que no se detenía ante nada, por nada y por nadie.