A unas horas de que se desarrolle la madre de todas las marchas de la resistencia retrogradista antiprogresista que no tiene registro en la historia de México y ocasionada en práctica por un solo hombre en el gobierno, ya se encuentran casas de campamento con personas acarreadas por parte del exgobernador de Michoacán y relacionado con el crimen organizado, Silvano Aureoles Conejo. Las marchas que no han podido lograr cambios a fondo, al no poder derrocar a la dictadura chilena al hacer sonar trastes contra Pinochet, ni a eliminar las bandas de secuestradores con la marcha de la paz en la Ciudad de México, la marcha civil más grande en México, ni que pudo evitar el fraude electoral del 2006 con el plantón de Reforma, ni evitar la falta de suministro de agua en Iztapalapa o el estado de México, y que al final son expresiones masivas nacientes en los movimientos obreros con el fin de aglomerar, cansar, desahogar y al final de cuentas a pacificar a los supuestos agraviados, que han sido liderados por sus propios verdugos. Sin embargo la marcha de mañana que abandera la defensa del INE y la supuesta defensa de la democracia que en México únicamente ha operado en el 2018 pese a que el Instituto electoral no facilitó ni siquiera crayones con imborrabilidad para su desarrollo ni facilidades de pulcritud electoral,por lo demás esa democracia que se pretende defender no apareció ni en 1982, ni en 1988, ni en el 2006, ni en el 2012 ni en el pasado 2022. Sin embargo esto no significa que debamos estar resignados a que nuestro país no sea democrático, pero la democracia no es solo el voto que es la herramienta más primitiva de la misma, sino la democracia radica en el derecho a la educación eficaz, a la información y a las libres conciencias. Cuando un obrero marcha sin saber porque marcha, marcha porque tiene hambre o quiere conservar su trabajo, cuando un acarreado lo hace, busca que su verdugo no cumpla sus amenazas o le cumpla con el pago pactado por su desfilar, pero el día de mañana, marcharán dos grupos, aquellos que intentan manipular y medir fuerzas para recuperar el poder político que les permita la comodidad de un ejercicio corrupto que no les alcanza con el poder económico y aquellos manipulados ya sea por un direccionismo clasista o por la ignorancia, ante su ocupar de calles sin conocer ni siquiera un artículo de las supuestas reformas electorales a las cuales se imponen y que tienen carácter de administración sin rango ni siquiera constitucional. La masa estará dirigida por aquellos que defienden intereses económicos y extranjeros pero no sociales y por aquellos otros que fingen ser luchadores sociales para tratar de evadir a la justicia por sus actos indebidos, ilegales y criminales bajo la vestidura de ser perseguidos políticos. Aquellos que tanto criticaron las marchas lópezobradorista que acusaban de ocasionar miles de miles de pérdidas de empleos, ahora las realizan sin enfado, al igual que aquellos que no se cansan de repetir que MORENA es lo mismo que el PRI, y que ahora permiten conducir su rebaño por priístas. Las marchas son mecanismos que utilizan los flojos para justificar su participación civil y evitar la molestia de fondo que implica una acción ciudadana. Los desprotegidos, defraudados y luchadores sociales que desorientados marchaban por las calles de nuestro país, las han dejado para que sean ocupadas por quienes quieren medir músculos partidistas y realizar multimometros del palpitar del país que ya no pueden medir con eficacia ni los memes ni las cadenas de repetición virtual. Las luchas democráticas y ahora las antidemocráticas, no se ganan con procesiones de semana santa o desfiles donde se expresa el orgullo gay, sino con la convicción ciudadana que no se nota en la multitud que puede apreciarse aparatosa por las calles de paseo de la reforma pero que simplemente representa al menos del veinte por ciento del antilópezobradorismo que no fue suficiente para impedir que el candidato Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia, apoyado por otro ochenta por ciento de mexicanos que no se han llevado sorpresas por el actuar de su hoy presidente, quien ha ejecutado todos los puntos que prometió en campaña y quienes apoyaron a aquel que advertía lo podrido de los organismos neoliberales que reto con la famosa frase de “al diablo con sus instituciones”, advirtiendo la importancia de la renovación de las mismas, ante la persignación de aquellos que tanto mentaban la existencia de la ineficiencia de los órganos de justicia, las instituciones de salud, entre otras. La manifestación callejera no deja de ser una prueba de un país de libertades y de no violencia, situación que se aplaude, pero también no deja de exhibir un rebaño descarriado, que también se reprocha. La revolución de las conciencias no es la marcha retrograda que organizan los damnificados de la prohibición corrupta pero no se puede negar que su caminar por las calles, si es un retrato de una nueva etapa en el país.Más en www.somoselespectador.blogspot.com