Sin la inmediatez que han tenido los homenajes espontáneos que en las calles ha preparado el pueblo de México ante la partida física de José José y la reacción del secretario de cultura de la CDMX, Alfonso Suárez del real, quien ofreció La Alameda Central para que el pueblo le cante al Príncipe; en contraste la secretaria de cultura federal, Alejandra Frausto no ha dado comunicado ni boletín de prensa alguno para abrir las puertas de Bellas Artes para homenajear al máximo cantante que ha dado la música universal, lo que sí se hizo hace un par de semanas, ante el fallecimiento de Francisco Toledo, aún sin el cuerpo presente del finado. Independientemente de los conflictos familiares y el respeto de lo que puedan determinar los consanguíneos del Príncipe de la Canción, Frausto tiene una función pública que cumplir y como tal, se debe pronunciar ante el pueblo de México con sus acciones de gobierno, como lo debe ser, proporcionar a un artista tan querido para el pueblo y tan trascendente a nivel internacional, las instalaciones de arte públicas, para los homenajes merecidos y difundir sus propuestas de cara a sus mandantes. Todavía está a tiempo la secretaria de cultura de rectificar y no seguir quedando en ridículo, ya que apenas el día de ayer, después de haber pasado sábado, domingo y lunes, señaló la funcionaria, “José José tiene una enorme importancia tanto como
intérprete como todo lo que fue forjando en la memoria de México. Él tránsito
de la balada al bolero de una manera muy elegante, era una voz única que dejó
una huella”, pero no mencionó si los planes de dicho reconocimiento
podría ser en el Palacio de Bellas Artes.