Aunque comienzan a presentarse destellos de cambios en nuestro país, con la lucha a la corrupción, por parte del gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, la liga mexicana de fútbol parece estar estacionada en los años ochentas, en donde los Presidentes de los Clubs y la esfera empresarial deportiva sigue llevando las riendas y atropellando los derechos del aficionado y de los trabajadores del deporte, tal como se pudo exhibir, con los acontecimientos del pasado fin de semana, con la protesta laboral de los jugadores de los Tiburones Rojos del Veracruz, que de poco valió, y del estallido violento en el partido entre san Luis y el Querétaro.