México se despidió otra vez, a uno de sus grandes artistas, y lo hizo, dejando en la memoria colectiva de sus calles principales, las lágrimas del nunca más te veré, pero siempre te recordaré. Una nave del ejército mexicano trajo el cuerpo del cantante a su patria, de ahí un homenaje a Bellas Artes que le pagó su deuda de no haberlo escuchado nunca en el recinto, posteriormente a la Basílica de Guadalupe, luego su barrio de Clavería para reposar en el panteón Francés junto a los restos de su madre.