¿Debería haber un parámetro para calificar el grado de capacidad mental de un televidente considerando los programas que sintoniza, más que analizar la baja calidad del programa que se sigue?. De ser así ¿Quién sería el erudito con la calidad para hacerlo y con qué autoridad?. La subjetividad de lo que es bueno y lo que es malo, debe depender del gusto individual de cada televidente sin ningún tipo de perjuicio de aquellos otros a los que no les gusta ese mismo programa. Sin embargo existen casos que superan cualquier criterio de preferencia, y eso ocurre cuando se sobrepasa la barrera de lo ético o lo notoriamente desordenado y cuya consecuencia es un número reducido de sintonizadores de aquello insolente. Tal es el caso del lector de noticias y vocero mal intencionado de Ricardo Salinas Pliego, que es Javier Alatorre que tiene a su cargo un programa nocturno de proyección nacional que se presenta como noticiario pero que no es más que un programa de contenido propagandístico para el concesionario del canal y que está basado en notas no informativas sino de apuntes inexactos destinados al ataque del gobierno como chantaje empresarial para obtener beneficios incorrectos o ilícitos, en este caso en favor del deudor fiscal, Ricardo Salinas Pliego. Se calcula
que el programa Hechos de Javier Alatorre, tiene un alcance de 1.97 millones de televidentes, dos puntos más que el informativo - Despierta -de televisa que se transmite en la
mañana, por lo que para ser un programa nocturno, Hechos tiene una audiencia
relativamente baja pero sustentable debido a la
monopolización de la televisión tradicional que se mece a nivel nacional entre
sintonizar los noticieros del canal Las estrellas de Televisa o los de TV
Azteca como es el caso de Javier Alatorre, cuya actividad periodística es nula,
al ser intrascendente y al no ser un informador confiable, incluso lo podíamos calificar de nocivo y de lo peor
que se ha podido presentar en la
televisión mexicana en su historia, ya que si resulta
cierto que personajes como Jacobo Zabludovsky, Ricardo Rocha o Joaquín López Dóriga no eran periodistas
libres y estaban atados a una estrategia
de impartición de contenidos para la manipulación masiva, pero al menos guardaban formas y estilos que no caían en la conducta grotesca de Javier Alatorre
y los conductores de TV Azteca, que
hasta despiertan la inquietud de que se quiera saber el nivel psicológico que pueden tener aquellos televidentes que lo
siguen. Con el pretexto de festejar el cumpleaños de Ricardo salinas Pliego,
sus empleados del micrófono organizaron un evento público que en realidad se
trató de un mitin para atacar al
gobierno progresista de México, justificar las canalladas del festejado y emprender un ataque al lópezobradorismo y también para presionar a la
Presidente Claudia Sheinbaum para desistir de cobrar los adeudos fiscales de
Salinas Pliego. A cada
asistente se le entregó un talonario que podía canjear de forma gratuita por
comida, agua, refrescos y cerveza y playeras
que daban publicidad al concesionario de TV Azteca que se hace decir tío Richi. “En algún momento nos dijeron “no
robar” y nos robaron, “no mentir” y nos mintieron, “no traicionar” y de eso sí
no lo vamos a permitir, porque no nos vamos a dejar”, afirmó Javier Alatorre en
el alquilado Auditorio Nacional para el evento.. Y es
que los comunicadores de TV AZTECA son voceros de su patrón quien ha confesado
que personalmente arma los contenidos de
sus informativos y que no hay cabida para otro punto de vista contrario al del
patrón, con lo que se comprueba que es Ricardo Salinas Pliego, el desposta
titiritero de A la Torre.
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