Lejos de ser un Premio Nobel mexicano como lo fue Octavio Paz, Mario Molina o Alfonso García Robles o de ser galardonado con otra condecoración, no porque no se lo merezca sino porque se ha mantenido lejos de la conveniencia de agradar a las esferas de poder y de la publicidad, es que el ex Presidente de México es el hombre del siglo y uno de los políticos y mandatarios más importantes del mundo, capaz de revolucionar la vida pública de su país y derrotar al PRI como partido dictatorial, después de haber sido vencido por dos trampas electorales, y conseguirlo sin romper un solo vidrio. López optó por la vía electoral y no armada, para derrumbar el abuso presidenciaista y la desigualdad social basada en el presidencialismo dictatorial de los años sesentas y setentas y neoliberalistas de los ochentas. ya como mandatario implantó programas sociales universales que los mexicanos no contemplaban como reales y efectivos desde la revolución mexicana de principios del siglo pasado, y desmanteló el asfixio presidencial llegando a la silla con el simple voto del pueblo y sin depender de sindicatos, organismos, empresarios, fuerzas extranjeras o medios de comunicación como la hacían sus antecesores, y que con las manos sin ataduras, incluso llegó a gobernar pese a la inconformidad de ésos sectores. Al cambiar la esencia abusiva del poder ejecutivo, con la misma simpatía del pueblo que lo defendió de un desafuero cuando era Jefe de Gobierno de la CDMX, pudo aplicar su llamado plan C para reformar al poder legislativo y judicial al obtener la mayoría calificada en el congreso como refrendo a su aceptación que lo mantuvo durante su gestión de seis años como el segundo mandatario mejor calificado en el mundo y el primero en su continente. con dicho plan postgobierno, también fue factor para que Claudia Sheinbaum obtuviera la presidencia como sucesora y el partido MORENA que él fundó con este propósito, pudiera arrinconar a la resistencia que se descaró al reconocer ser prianista, desintegrar al PRD por falta de votos, y convertir a su partido, en la primera fuerza política del país, con los votos suficientes para poder regresar a la constitución de espíritu social y no como un catalogo para servicio del bienestar empresarial. es López obrador el político que marcó la agenda en su país en los sexenios de Fox, Calderón y peña, y que nadie pudo opacarlo en su agenda presidencial. Andrés Manuel cumplió en su obligación como líder de nación al empatar lo dicho como opositor en la ejecución como presidente. Más
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