miércoles, 10 de abril de 2024

EL INEXPERTO E IMPRUDENTE PRESIDENTE NOBOA, JUEGA CON LA BANDA PRESIDENCIAL COMO UN JUGUETE NUEVO




















Que no nos sorprenda que el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa al final se quedé estacionado en la silla presidencial de ese país sudamericano, aunque por lo pronto y a unos meses de estar encabezando el gobierno ecuatoriano, ya se ganó el repudio internacional al atentar  contra la inviolabilidad  de  una embajada  sin importarle el máximo principio de derecho entre las naciones, y  de manera indiferente,  violentar  el patio diplomático convertido en parte del territorio del estado mexicano.  Ecuador está pagando el precio de la emisión de un voto manipulado, a favor de un candidato fabricado por el neoliberalismo,  que no es nacido  en ecuador sino en Miami, Florida de Estados Unidos, en donde se le disfraza de práctico, inteligente, bilingüe, ocurrente de risa fácil, pero que en realidad resulta un vendepatrias  con altos grados de corrupción. A pesar de sus actividades como diputado, Daniel Noboa Azín llegó a la presidencia de su país,  como un  desconocido que enamoró a un sector  del electorado  con   vagos y contradictorios pronunciamientos durante su campaña electoral y que dijo solucionaría los problemas económicos de Ecuador,  fomentando  las exportaciones del sector primario como motor del crecimiento basado en la actividad privada.  Su Partido Acción Democrática  utilizó el registro  de Alianza País, para poder entrar a la competencia electoral,  por lo que dicha composición   no establece ninguna posición ideológica ni proyecto político pero sí un  amasiato a otros gobiernos imperialistas. Ahora ha rechazado la amplia condena de la Organización de Estados Americanos (OEA) por su asalto a la embajada de México en Quito y la detención ilegal  de Jorge Glas, exvicepresidente durante el mandato de Rafael Correa.  ecuador trató de distraer su falta, expresando su  apertura para reconstruir las relaciones de confianza con el Ejecutivo mexicano.  Ante el veredicto de la OEA a la que se ha sometido al Ecuador, trajo solamente un voto en contra respecto a su conducta barbarie  que fue emitido por el propio Ecuador, que justificó su acción contra el derecho internacional de violar una embajada, lo que no llegó a hacer  ni dictadores como  Pinochet o genocidas como Hitler,  y se justificaron los gobernantes ecuatorianos, acusando a México de una presunta “concesión ilícita de asilo diplomático” a Glas , por estar procesado por la Justicia por delitos comunes y tener dos sentencias de cárcel pendientes de cumplir por casos de corrupción, pero tales circunstancias conforme a la norma, no impedían el asilo  ni excluía al Ecuador de dar debido cumplimiento al artículo 31  en sus fracciones primera y segunda  de la Convención de Viena, que nunca en la historia de las naciones había sido demolido, y en el cual considera que la embajada de un país es extensión de territorio y soberanía de un país por lo que atacar una embajada es equivalente a invadir un país, además de los delitos que en esta se produzcan. De tal manera el territorio ecuatoriano ya no resulta garantía para ninguna relación diplomática, para ninguna embajada y para ningún acto de intercambio internacional. Entre las muestras de solidaridad más destacadas para México  en este abuso,  se encuentra la decisión de Nicaragua de romper relaciones diplomáticas con Ecuador ante la defecación al Convención de naciones, así como muestras de enojo por parte  de países izquierdistas como Cuba, Brasil y Venezuela, al igual que de derecha, en el caso de Honduras,  Panamá, Guatemala y el mismo Estados Unidos, y hasta de  países que han tenido diferencias  con el gobierno mexicano, como el caso de Argentina. Y es que  tal acontecimiento podría ser un antecedente que deje en situación de debilidad todas las relaciones internacionales, en donde de por si sus organismos son casi  decorativos y que pocos critican o proponen renovar como lo ha expuesto México en diferentes cumbres durante el gobierno lópezobradorista, por lo que se intentó que el presidente de México encabezará el bloque de la zona pero que no fue aceptado por Andrés Manuel López Obrador, ya que en sus primeros años de gobierno se dedicó a hacer cirugías mayores a su política interior.   México ha mantenido una política favorable para el asilo del desprotegido,  y ha cumplido  con este principio histórico de asilo, para argentinos, españoles, chilenos, venezolanos, chinos y recientemente el caso del boliviano Evo Morales,  que al final  fue reconocido por instancias internacionales como inocente y regreso a su país natal, cuando en un principio la acción salvadora del gobierno mexicano había sido criticada por aquellos imperios que no les conviene la existencia de líderes americanos. Sin embargo, los organismos internacionales como la OEA, que el mismo Presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha calificado de inútil, resulta  en este asunto, un  castigador chimuelo que solamente es capaz de reprochar  la conducta al agresor por medio de  discursos envueltos en pañuelos blancos, y que solamente en casos de altos intereses inhumanos,  es que castigan a los países infractores con embargos que únicamente perjudican a los pueblos y no a los malos gobiernos. En el caso del rapto del asilado y del allanamiento a la embajada mexicana, se tendría  que tomar medidas eficaces como regresar al protegido en manos del refugio mexicano y juzgar al  actual presidente  ecuatoriano respecto a los delitos cometidos como autor intelectual y a los autores materiales que hayan intervenido en el hecho, así como  presionar al cambio de equipo diplomático en ecuador y suspender de cualquier actividad diplomática a los  encargados actuales, incluyendo  al presidente ecuatoriano de asistir de manera personal a cualquier cumbre. Sin embargo aún dictando tal sentencia, en otras instancias diferentes a la OEA,  no existe un mecanismo  para la  efectividad coercitiva para el  cumplimiento de una resolución de esta naturaleza, que tendría que ser la más severa  de la vida internacional ante el hecho más violento de las relaciones diplomáticas  y que solamente se obtiene por medio del embargo y el aislamiento diplomático, pero está claro que bajo la política histórica del gobierno mexicano y el sentimiento de su población,  los mexicanos  seguramente no queremos  acciones violentas  como las que sufrió la propia embajada mexicana y que  en vez de castigar al mal gobierno ecuatoriano pueda terminarse castigando al pueblo ecuatoriano, lo que es una situación indeseable que bien merece otra salida  ante la poca probabilidad de la autocrítica del  gobierno ecuatoriano, que de por si ha resultado perjudicial para su  política interior. y es que los gobiernos no deben sufrir por las acciones de sus gobernantes, en todo caso solamente guardarse su vergüenza como  nos ocurrió a los propios mexicanos con la política exterior de Vicente Fox, de Felipe Calderón y de Peña Nieto. 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