martes, 17 de noviembre de 2020

LOS VERDADEROS MISERABLES

 

















































Miserable no es aquel que no tiene dinero sino aquel que solamente tiene dinero.Cuando el sábado 15 de marzo de 1975 falleció el naviero y multimillonario griego Aristóteles Onassis, su hija Cristina pasó a ser la joven más rica del planeta, ya que su acaudalado padre le dejó una fortuna de más de 500 millones de dólares, además de una flota formada por cincuenta y dos barcos, entre balleneros, cruceros y petroleros. Uno de ellos, un yate de cien metros de eslora, llevaba el nombre de Cristina, y era un regalo que su padre le había hecho cuando cumplió tres años de vida.Pese a su enorme fortuna la joven Cristina se convirtió en una alocada personalidad internacional adicta a toda clase de drogas. Bebía hasta 30 botellas de Coca Cola al día, bebida que le servía para tragarse puños de barbitúricos. Para colmo de males era una adicta sexual, por lo cual pagaba a los hombres para que la llevaran a la cama.En 1980 realizó un intento de suicidio encontrándose en Nueva York. Y en 1985 se casó por cuarta vez con Thierry Roussel, el padre de su hija Athina. A pesar de que Roussel era hijo de un rico empresario, cuando Cristina le solicitó el divorcio lo indemnizó con 75 millones de dólares.Qué triste debió de ser la vida de Cristina. Un poco antes de morir había dicho: "Soy tan pobre que solo tengo dinero...".  Los excesos  del gobierno mexicano y el convencimiento amoral a su población  de lo importante  que debe ser lo superficial es el resultado de la corrupción que ha encarnado en el país y su simplismo en el análisis político.El actual gobierno mexicano  se enfrenta a una herencia política  y de administración pública de  ilegalidad,  inmoralidad y actos tolerados acto de corrupción que llegaron a convertirse  de normal habitualidad, pero que a diferencia de otros gobiernos que se identificaban por ser solidarios o con renovación moral, ninguno había venido de la izquierda verdadera , y sobretodo  el mandatario en turno, no tenía la calidad moral  con la que cuenta López Obrador, lo que le permite aguantar las críticas de quienes prefieren el anterior sistema, sin que exista a nivel nación, un profundo análisis de la corrupción, principal problema nacional, que sea de cara a las nuevas generaciones  con el fin de la moralización de México, a lo que su presidente ha denominado como  purificar la vida pública.