Entre gritos de “es un Honor estar con Obrador” y ninguna trompetilla, pero un camino complicado para llegar a su asiento debido al número de legisladores que pedían su saludo y una foto con él, es que el ya ciudadano Andrés Manuel López Obrador le costó transitar el pasillo de la cámara diputados con el fin de entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, misma que llegó retrasada a la cita por lo que López tuvo que esperar varios minutos sin recibir reproches y sí gritos de agradecimiento e insistencia s de ser retratados con los solicitantes. El expresidente besó en mano y cachete a la izquierdista y fundadora del desaparecido PRD, Ifigenia Martínez de 94 años de edad, y en contraste, el expresidente sin representación de nación alguna más que con su capital político, ignoró a la Presidente del poder judicial, Norma Lucía Piña Hernández ahí presente y quien recibiendo ordenes del poder económico, se opone a la reforma al poder Judicial y pretende un conflicto constitucional mediante un golpe de Estado jurídico. La televisión estatal, realizó tomas lejanas para evitar la reacción entre López y Piña, pero la televisión comercial no podía perderse el momento, en que la Presidente del poder judicial permaneció por momentos como apestada y representante de un poder separado, desactualizado, corrupto y completamente fracasado frente al progresismo republicano y el lópezobradorismo. Después llegó la Presidente de la República Claudia Sheinbaum para recibir los honores solemnes y pasó a saludar a Piña, quien le regaló un BESO hipócrita a la nueva Presidente. Ya con la banda presidencial, Sheinbaum comenzó frente a los presentes, su primer discurso como mandataria constitucional, en donde resaltó la importancia de la lucha política y presidencial de Andrés Manuel López Obrador y subrayó la importancia de renovar el poder Judicial pese a sus resistencias. En dicho discurso primero, afirmó que la reforma significa más autonomía e independencia del Poder Judicial”, pues aseveró que si el objetivo de la iniciativa fuera que el Poder Ejecutivo controlara a los ministros, jueces y magistrados hubieran elaborado el proyecto de ley “al estilo” del exmandatario priista Ernesto Zedillo. “La reciente reforma constitucional al Poder Judicial, que marca la elección por voto popular de jueces, magistrado y ministros, significa más autonomía e independencia del Poder Judicial. Piénsenlo solo por un momento, si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara a la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo”, puntualizó. .Más en www.somoselespectador.blogspot.com