viernes, 16 de octubre de 2020

LILLY TELLEZ CON EL PAN Y CIRCO


















 Será muy dificíl, aunque esperamos no imposible, que  Lilly Téllez vuelva a ser la  periodista que proyectaba inteligencia en el panorama de la comunicación, y cuyo  concepto ha sido cambiado por la política oportunista que sigue las órdenes de su titiritero para derrumbar y desprestigiar el proyecto lópezobradorista  progresista, después de ser una sierva del neoliberalismo  infiltrada  como candidata con  afinidad al morenismo. Su romance con los panistas la han hecho perder la cabeza hasta trapear su prestigio por la pista del circo, que ella ha instalado en el Senado de la República, basado en insultos al proyecto de López Obrador pero con la cobardía de la insinuación, al no atreverse a la confrontación con el propio presidente. La programada senadora llegó al extremeshow, al patalear y gritonear enfrente del Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell cuyo único error como funcionario público, es promover la comunicación y las medidas sanitarias con que debe enfrentar nuestro país la pandemia del coronavirus, y además, de que efectivamente, el médico político tiene de manera crónica, la enfermedad del ego. El sector salud de México ha sufrido las mismas complicaciones que los  otros países del primer o segundo mundo y ha sido un miembro referente destacado para la Organización Mundial de la Salud, con todo y que faltan por corregir  muchas ineficiencias  ante el COVID19, y con todo  que el subsecretario de salud,  no ha controlado la valoración excesiva de sí mismo. Por su parte y en contrario,  la senadora Téllez debe asumir su responsabilidad como representante popular, y recuperar esa autoestima alta,  pero no a base  de lamentables  escenificaciones parlamentarias, ante la depresión que le puede causar,  el servir a su  amo de siempre.  Así como Lilly  señala a Gatell como un negligente, sí fuera honesta,  en todo caso también tendría que dirigir gritos verduleros a su propietario Ricardo Salinas Pliego,  quien ordenó no cerrar sus tiendas Elektras, ni en el peor momento de la pandemia, convirtiéndolas  en un foco de  contagio.  Así que Lilly Téllez  debería dedicar sus pataletas, para el grupo teleradiofónico del país, que  se han convertido en voceros asesinos, al impulsar de manera sobredimensionada el uso del cubrebocas, en vez de ilustrar  de que manera se debe efectuar de manera correcta, la sana distancia.

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