Las noticias más impactantes de los últimos años para nuestro país es la captura y condena de Genaro García Luna encargado de la seguridad en el sexenio del narcogobierno de Felipe Calderón, la conversación telefónica de Nilda Patricia Velasco, esposa de Zedillo que establece negociaciones relacionadas con el crimen organizado y que dio a conocer el Lic. César Gutiérrez Priego, así como la noticia de la captura del supuesto segundo disparador de Colosio, situaciones que han venido ocurriendo dentro del sexenio de Claudia Sheinbaum que rompe la teoría manipulada de que Colosio había sido atacado por un asesino solitario. Sin embargo tales acontecimientos ni han explotado en el debate público no de café del país, ni han sido difundidos como el caso que lo amerita por la televisión, la radio y la prensa escrita. Tampoco se ha realizado una labor ministerial trascendente que lleve a los culpables a prisión, pues ya deberían de existir procesos penales en contra de Felipe Calderón como jefe inmediato de García Luna, de Ernesto Zedillo y su esposa por su posible nexo comercial con el crimen organizado y de quienes mandaron matar a Colosio, en donde la prensa a sueldo, desde el primer momento trató de apuntar al ex Presidente Carlos Salinas de Gortari como culpable de la muerte del excandidato del PRI en Lomas taurina a base de insinuaciones y liberación de rumores, y no a los hombres que manejaban la banca en México y que se encontraban enojados por los engaños de Salinas, por lo que les urgía ponerle la banda presidencial a Zedillo quien atacaría a Salinas además de implantar un poder legislativo y judicial a modo para impulsar acciones en favor de los hombres del dinero, incluyendo el Fobaproa. Pero tales hipótesis y hechos sobresalientes, no interesan en una sociedad guiada por medios de comunicación corporativos y mezclados en negocios saqueadores del país, para los medios comerciales lo importante es difundir ataques contra el gobierno de México que sigue un proyecto lópezobradorista y generar odios que favorezcan a la derecha, porque los verdaderos odios o aquellos promocionaos en el pasado, ahora resultan para la esfera corrupta, totalmente intrascendentes.
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