El grado de corrupción con cinismo de la Alcaldesa de la Cuauhtémoc, Alessandra Rojo del a Vega no tiene limites al grado que desespera a la esfera política y enoja a los ciudadanos, mientras quien resulta la versión 2.2 de Sandra Cuevas, se apoya en los medios propagandistas y espacios digitales que ella paga como fuga de dinero de la propia Alcaldía. Quien en apariencia resulta una dama atractiva, hasta su belleza se derrumba con su vulgaridad y alta peligrosidad como gobernante, por lo que resulta digna candidata a un estudio severo de personalidad que pueda arrojar resultados de su agresividad y de su mentalidad distorsionada para enfocarse a sesear su ego y su incontrolable corrupción. Alessandra Rojo de la Vega Piccolo viene de la más reciente generación de corruptos que crió el político mañosos Ricardo Monreal, que fueron infiltrados en barrios marginales y entre comerciantes para manejar grupos, golpeadores y obtener ganancias económicas para ellos y sus movimientos por medio de promesas y amenazas a quienes deben con ellos unirse, además de mafiosos comerciantes fijos y de la vía pública que siguen la escuela de Rojo de la Vega al querer aspirar a cargos de saqueo o son beneficiados con sus establecimientos de dudosa legalidad. Aunque en el caso de Alessandra, su inicio en la agrupación de acarreo fue en el Estado de México con el PRI, después como directora de desarrollo Social en la Miguel Hidalgo la convirtió en una operadora electorera importante hasta escalar a la Alcaldía de una de las demarcaciones más importantes de la CDMX. La hoy alcaldesa se salva de que el rendimiento patrimonial y los exámenes de personalidad son cosa de risa para los candidatos a un puesto popular y que se ha insistido que son requisitos que deberían ser indispensables y que se han propuesto desde que Vicente Fox llegó a la presidencia con enormes duda de que estuviera bien de sus facultades mentales. Resultaría de mucha utilidad una perfilación criminal por medio de una evaluación psicológica que diera explicación a la transformación perversa del rostro de Alessandra, de sus reacciones hipócritas y perversas, y de sus ocurrencias políticas. Su conducta enloquecedora desesperó a los propios integrantes del Congreso de la CDMX en la comparecencia de la delegada, a la cual se le acusó de saqueadora y de ser parte de la delincuencia de la Cuauhtémoc en lo que resultó una junta para la jaula de las locas, entre una interrogada demente y unos interrogadores con una preparación de bajo nivel. Más en www.somoselespectador.blogspot.com
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